Capítulo Dos - El vecino. (✔)

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— ¿Sólo quince días? —Me encontraba con When en la cafetería del trabajo.

— ¡Sólo medio puto mes! —Me encontraba atragantándome de comida.

— ¿No has comprado nada, cierto?

—No. —Estoy muerta. —Definitivamente voy a morir.

—Te van a matar. —Me advirtió. —Todas ellas te van a matar.

—Lo sé, y es... se suponía que era mi turno en organizar todo, la llegada, la estadía, la salida y lo demás... pero es que... —Dejé la frase a media.

—Prefieres mantenerte ocupada y dejar de pensar en lo que pasó. —Me recordó.

—Sí. –Me tapé la cara. —Aunque no lo creas, estuve seriamente emocionada, quería que volviera, se suponía que todo iba a cambiar y jamás creí ese cambio, pero después de lo que pasó.... —Miré mi lata de Coca-Cola. —Y sé que fue hace algún tiempo... pero ahora que lo pienso, nada es color de rosa, pero sabía que de nada serviría el volver a intentarlo.

—Fue algo que no pudiste predecir, no fue tu culpa. —When intentaba animarme.

—No, pero ya ninguno tiene un final feliz.

—Ok, en fin. —Ya habíamos terminado de comer. —Lo bueno de esto, es que ya tendrás el doble de deberes para distraerte.

Le dediqué una mirada fulminante. —Muy graciosa Wendy.

—Sabes que no me gusta que me digan así. —When se puso seria. —Yo invito en esta, me apiadaré de ti con pagar la cuenta, pero en joderte la vida, no. —When pagó la cuenta y comenzamos a caminar.

—Sólo será un mes.

—Sólo será un mes. —Repitió When, parecía un loro.

— ¡Un mes sin trabajo! —Dije emocionada.

—Bueno, eso es lo bueno de acumular las vacaciones.

¡Dios! Un fin de semana antes tengo que arreglar todo, tengo que contratar a alguien que arreglé la casa y haga la comida. —Me estaba preocupando.

—Pues te queda medio mes para arreglar todo. —Como siempre When resaltando lo obvio. —Por cierto, ¿Ya el vecino sexy te dio como "Gaveta que no cierra"?

— ¡Calla! —Grité. —Que me pongo a fantasear y tengo que trabajar. —Subíamos en el elevador de la oficina. —Me toca cancelar todas las citas y no quiero estar pensando en el vecino rico y delicioso.

—Sólo te digo que si no vas tú por él, voy yo. —Ella quería que le dieran como "Moto que no prende".

—Pues, no soy celosa. —Era mi prima, no tenía por qué sentir celos, a parte el vecino sólo era eso mi vecino y nada más.

—Claro lo dice quien ha fantaseado con el sexy vecino.

— ¿En serio? Solo es mi vecino, aunque sí me gustaría que me diera.

—Después dices que no estas alborotada.

— ¡Cállate estúpida!

—Aún no, aún me falta más horas de trabajo para seguir cagandote el día. —El elevador abrió sus puertas y When salió quedando en el piso dónde ella labora. -¡Las mujeres al poder!

Yo seguí en el elevador hasta llegar a mi departamento cómo secretaria ejecutiva quedaba en los pisos más elevados del edificio. La tarde transcurrió tranquila, aunque When cada hora me llamaba para hablarme del vecino, en varias ocasiones le mentí a mi jefe sobre quién llamaba ¿Qué más dá? Era un señor de unos cincuenta y algo de años ni cuenta se daría. Eran las seis y quince cuando recibí un correo en mi Gmail personal.

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