Capítulo Nueve - Sentimientos confusos. (✔)

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¡Desperté! Después de todo era un simple sueño, pero ¿En realidad quería que eso pasara? ¿El beso? O ¿La disculpa? No, el beso no. Me encontraba acostada en la cama, al lado se encontraba el perro durmiendo, revisé el reloj eran las cinco de la tarde, me bañé, me cambié y salí de la casa, los demás no me vieron, literalmente me escapé, no quería pensar en la situación por la que estaba pasando así que me fui directo al parque dónde iba a pasear con el perro, el parque se encontraba repleto de personas y sus mascotas.

Fui directo dónde estaba el entrenador, pocas veces había usado ese servicio pero esta ocasión quería ir a un local, resulta que en el parque había un servicio de cuidado de mascotas, un entrenador se quedaba con tus mascota por una hora o más, sólo debías llegar a unas carpas dónde habían unas chicas sentadas, llenar un formulario con la información básica tuya y de tu perro, al terminar pagabas la cantidad correspondiente al tiempo que usaste el servicio y el dinero recaudado se invertía en mantener el parque limpio y bonito.

Al llegar había fila, cinco personas habían llegado antes de mí, y era toda una variedad de perros, esperé aproximadamente veinte minutos hasta que fue mi turno.

—Hola —Saludé.

—Hola, buenas tardes, mi nombre es Carol —Dijo mientras mostraba su nombre en la blusa.

—Hola Carol, mi nombre es Elizabeth, vengo a dejar a mi perro a sus cuidados por un par de horas.

—Excelente, la hora tiene un valor de 10 dólares, recuerda que, por este servicio, incluimos: comida, agua, juguetes y el cuidado de tu mascota por un personal capacitado. —Indicó Carol mientras señalaba al entrenador, me pasó lápiz y papel y diligencie el formulario. Al rato de diez minutos me estaba despidiendo de Pez.

Después de dejar a Pez jugando, caminé hasta un bar cerca, Baj0 Cer0 era conocido por vender cocteles de todos los países, pero principalmente por crear el "Muerto en vida" era una combinación de tragos que muchos aún no adivinaban, incluso, había varias temáticas en ese bar, si adivinabas los ingredientes del coctel te daban una membresía de "Todo lo que puedas tomar en una noche", otra era el cumpleaños, básicamente armaban el número que cumplías en pequeñas copas de coctel y si las tomabas todas, te servían un "Muerto en vida" gratis. Regularmente Baj0 Cer0 era un lugar tranquilo, pero en días de festividades, no cabía un alma en el local. Caminé hacia la barra y pedí una cerveza, el local estaba medio lleno.

—Hola. —Un desconocido se acercó. —Vaya, una chica que le gusta la cerveza, eso es nuevo.

Noté que mentía, percibí que estaba modo conquista. —Un viejo habito. —Respondí con voz ronca. El desconocido me miró sorprendido y se fue. Odiaba cuando un hombre me hablaba tipo conquista, era de las cosas más tediosas que uno cómo mujer debía de soportar, incluyendo los piropos fuera de lugar. Seguí bebiendo cerveza, una tras otra sin levantarme del banquillo. Eran las siete de la noche y ya comencé a sentirme un poco mareada, había ido pocas veces al baño así que aún tenía mucho alcohol en el cuerpo. Salí del local y me dirigí al parque a buscar al perro.

—Hola. —Saludé a una de las chicas que atendía el servicio. —Vengo por mi perro.

—Señora disculpe, pero ¿Está en estado de alicoramiento? —Preguntó la chica.

—No, para nada. —Literalmente me había tomado más de veinte cervezas en dos horas, y peor aún, sentada.

—No podemos entregarle a su mascota en ese estado, no sabemos cómo vaya a reaccionar ante el animal.

—Nena, yo amo a mi perro, ahora tengo una crisis sentimental y al que menos le haría daño, es a mi perro. —Decía la verdad.

—Vuelvo y le repito, en ese estado NO le podemos entregar a su perro. —Dijo la chica con énfasis en NO.

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