Sand & Fire- Gaara [Naruto]

05. Determinación

Habían pasado tres semanas desde que estaban en Sunagakure, la vida en la aldea era monótona, sus hermanos y ella vivían en un edificio frente a la torre del kazekage. El kazekage les había puesto vigilancia todo el tiempo, tres ninjas que eran como su sombra día y noche. Sin embargo había cumplido su palabra, había devuelto los pergaminos a la Mizukage y se había encargado que la orden de apresarlos se retirara. No sabía bien como lo consiguió, pero lo hizo. Los exámenes chunnin habían terminado desde hace días, y la aldea había iniciado un período de calma y silencio que la acompañaba desde que se habían ido los últimos shinobis de las aldeas visitantes.
No habían vuelto a ver al kazekage, de vez en cuando venía el ninja llamado Kankuro, para ver como iba todo y llevar sus peticiones al kazekage cuando tenían alguna. Un día trajo a una chica rubia con él, una mujer con cara de pocos amigos. No era simpática o amable con ellos, parecía más bien estar cabreada todo el tiempo, el kazekage la había enviado para ella; para que fuese su compañía y la llevase de compras por la aldea. Juntas compraron un atuendo maravilloso, a Aika le encantó totalmente.

Especialmente porque le recordaba a la ropa que usaba el kazekage. Pero su misión no era sólo comprar ropa nueva adecuada al clima de dicha aldea. Un día que paseaba por la aldea con esa mujer llamada Temari, habían visto al kazekage caminar por la aldea, iba con Kankuro que no parecía dejarlo solo en ningun momento, pero también iba rodeado de tres chicas jóvenes. Temari se acerco a saludarlos y él la miró tras varios días sin verla, pero no le habló más que para saludarla, solo le dijo a Temari que se reunirían unas horas más tarde y se fueron. Una vez que estuvieron solas Aika le preguntó a Temari quiénes eran esas chicas, a lo que ella le respondió que se trataba de alumnas de la academia ninja de la aldea. Algunas de ellas eran alumnas del kazekage. Desde ese momento se había obstinado en que quería aprender artes ninja igualmente, estaba cansada de permanecer encerrada y vigilada todo el tiempo.
—Temari, tengo que pedirle algo al kazekage.— ella sabía bien que no le simpatizaba a la kunoichi, pero era la única compañía además de sus hermanos y su escolta personal que tenía en ese lugar.

—Que es lo que quieres esta vez?— le respondió Temari con su característica falta de interés y atención.

—Hablar con él personalmente. Quiero hacerle una proposición.— Aika se había sentido especialmente herida luego de que él la alejó de forma tan brusca una vez que le mostró su habilidad, no es que nunca le hubiese pasado, las personas siempre reaccionaban mal cuando veía cosas personales sobre ellas. Pero esta vez lo había tomado casi personal.

Temari la miró con desconfianza. —él está muy ocupado. No creo tenga tiempo para tonterías.— le respondió secamente.

—Pero no son tonterías, estoy cansada de estar vigilada todo el tiempo, seguramente tú también estas cansada de cuidarme, ni siquiera te agrado. Si consigues que lo vea podrías librar la molesta tarea de cuidarme.— le refutó Aika.

—Eso... no me molestaría.— admitió Temari.
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Al día siguiente Temari había logrado que Aika viera al kazekage, ella y sus hermanos eran vigilados todo el tiempo, pero ellos se la pasaban en todos lados, su hermano mayor siempre visitaba al kazekage, pero nunca la llevaba. Kazuma se la pasaba explorando la aldea. Sus anfitriones cuidaban que pasaran poco tiempo juntos, seguramente por miedo a que organizarán alguna especie de ataque hacia la aldea.
Cuando llegó a la puerta de la oficina del kazekage se sentía decidida, los shinobis que cuidaban la entrada la hicieron pasar.
Gaara estaba sentado revisando documentos en su escritorio, llevaba su traje de Kage, realmente no le quedaba mal, pero Aika prefería su ropa de entrenamiento. Él levantó la mirada hacia ella cuando la vio entrar.