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Está en un hospital, tenía contracciones y no era capaz de hacer, nada, todo el mundo estaba preocupado, ya que no podía pujar, él bebe, no salía ninguno.

—necesito a mi esposo, no puedo.

Estaba llorando, me dolía mucho y estaba sola.

—señora, su esposo dijo que no quería saber nada de usted ni de sus hijos, también dijo que le mandara el divorcio y le quitara la custodia porque a usted la odia mucho.

—no es mentira.

Estaba diciendo, tenía que ser mentira, él no me podía hacer esto, no me pudo dejar dolía cuando más lo necesito, el debe estar acá, conmigo.

Seguí pujando fuertemente, hasta que por fin salió el primer bebe, no se escuchaba nada, los doctores me hicieron señales de que continuará pujando.

Hice caso hasta que salió el segundo, ninguno lloro, todo era silencio rotundo.

—lo siento Señora, pero los bebes no sobrevivieron.

—NO MIS HIJOS, ELLOS NO.

Empecé a llorar, había perdido todo, Mario, no estaba conmigo, y no podría tener a mis bebes, me dolía todo, quería salir corriendo y saber que mis hijos estaban bien y Mario con ello.

*******

—NO.

Grite tan duro que levante a Mario del susto, yo tenía lágrimas en los ojos

—Natasha ¿qué tienes?

No podía hablar, estaba asustada.

—Natasha, háblame amor.

—los bebes.

—están bien, amor tranquila todo está bien mientras dormías, la doctora dijo que ya todo había pasado.

—no, Mario prométeme que estarás conmigo para cuando nazcan.

—claro, siempre estaré contigo, siempre escuchaste.

—Prométemelo, Mario por favor.

—¿pero qué tienes?

—Soñé que estaba de parto y tú no estabas conmigo, que no querías saber nada de mí y que en quitarlas a mis hijos, pero ellos nacieron muertos, porque no fui capaz de traerlo al mundo.

—calma, amor, calma, te prometo que todo saldrá bien tú y yo estaremos juntos y los bebes nacerán bien, nada les pasara y nadie podría evitar que yo estuviera hay para ti.

—me lo prometes.

—sí, amor claro que te lo prometo.

Me sentí más aliviada, el me prometió que estaría para mí, y que eso solo fue un feo sueño, causado por mis miedos, por mi pequeño temor a perder todo, pero debo ser fuerte.

—Mario, mi mamá.

—ella está bien, está estable junto a tu hermana, están en otro hospital y serán tramitadas a otro para que sean tratadas mejor.

—dante.

—no lo encontraron amor, pero calma a ese bastardo, lo mato, porque lo mató, intento matar a mis hijos y separarte de mi lado, no lo voy a perdonar nunca.

—Mario sobre lo dé...

—no te preocupes, hablaremos del resto después.

—no, quiero contártelo ahora.

—está bien.

—como ya sabrás Salomón fue el que me intento violarme.

el asintió y yo respiré recordar eso para mí es algo muy duro y muy cruel.

—en ese tiempo yo estaba enamorada de el desde hace 6 años, creo que más, cuando me vine para acá todavía estaba enamorada de el y.... hasta cuando nos casamos, todavía sentía algo por el.

Sentí como su mandíbula se tensaba, respire, debía continuar.

—pero ya no era amor era, era un cariño algo que nunca fue, algo que entre más pensara sacarme de la cabeza más daño me hacía, cuando vine a New York fue para olvidar, para superar algo que me lastimo hace años y saber que esa persona en un momento de consumismo intento violarme, para apagar eso que hacía que mi corazón se acelerara....

—para por favor no soporto escucharlo más.

—déjame terminar, lo necesito.... La señora que me dio para poder venirme me hizo prometerme que el día que descubriera que es amor de verdad, el día si llego a encontrar a esa persona, ese mismo año tendré que volver y preséntaselo... creí que eso sería imposible, perdí la esperanza con el tiempo no sabía que era el amor... Pero luego de casarme contigo pude descubrir que lo que sentí por Salomón nunca fue amor, mis emociones movimientos ni siguiera lo que pienso o miro no lo controlo estando contigo... yo pensaba que el amor era algo que se sentía y no perdía el control, pero contigo no tengo ese control, quiero este contigo a cada instante, no controlo lo que hago y mucho menos lo que miro no controlo nada.

Cuando dije eso, baje la miraba hacia su pantalón. Parpadee varias veces para no pensar en eso.

—ni tampoco lo que sueño.... Te amo Mario y no me arrepiento de nada.

el sonrió y se acercó a mí para darme un beso tierno en los labios.

—yo también te amo Natasha.

Dijo pegando su frente contra la mía, ambos sonreímos y el bajo su mirada a mi bata, se separó y la levanto, acerco sus labios y beso mi barriga.

Casi me muero, siempre soñé con un hombre dulce, tierno que hiciera eso y creo que obtuve más de lo que alguna vez soñé.

—los amo a los tres son la luz de mi vida, toda mi vida sin ustedes, sin ti Natasha no sería nada amor, tú me enseñaste el amor, ambos aprendimos que era el amor y si pudiera regresar el tiempo lo haría una y otra vez mil veces mi amor, mi vida eres mi todo ustedes son mi todo, todo lo que necesito y lo que quiero estoy completo, y soy completamente tuyo Natasha.

—y yo soy tuya Mario, para siempre amor.

Una Aventura Con El jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora