Era una noche de tormenta. La reina de Egipto estaba dando a luz a su primer hijo... Pero este desgraciadamente nació muerto.
Ella no se enteró ya que se había desmayado. El rey la amaba tanto como para verla sufrir por su hijo muerto y dio la orden de que buscarán a un bebé recién nacido por todo Egipto, no importará que raza fuera, que le trajeran uno sí o sí.
Afortunadamente para él, una mujer hebrea dio a luz a su tercera hija, una bella pequeña de cabello marrón y ojos verdes.
Era bellísima, todo un ángel.
La noticia de que una bebé hebrea nació llegó a oídos del general del rey y fue de inmediato a la casa de la mujer hebrea.
Tomó a la niña a la fuerza y se la llevó con ella al palacio...
La reina despertó...
-Mi querido y amado esposo... -dijo la reina al ver entrara al rey con la niña en sus brazos-
-Mi amada esposa... -dijo él, camino hasta donde ella y mostró a la niña. La reina se la quedó observando, era bellísima- ¿¿No es bella?? ¿¿Es nuestra hermosa hija??
-Por los dioses... Es bellísima, es hermosa -tomo a la pequeña en sus brazos, quedó encantada con la niña que creía que era hija- ¿¿Cómo la llamaremos mi rey??
-Quiero llamarla... -él lo pensó, tenía muchos bellos nombres que darle a esta pequeña ¿¿Pero cuál...?? Debe ser un nombre único para ella, uno que la diferencie de muchos
El rey se quedó pensando, observando a la pequeña, acarició su bello rostro, tocó su cabello fino color marrón y observo sus bellos y grandes ojos verdes... «¿¿Cómo te podría llamar??» pensó él soberano de Egipto «Tiene que ser un nombre único...» volvió a pensar, y se le ocurrió «Nefertiti...» ~La Bella A Llegado~...
-Su nombre será... Nefertiti...
