8- Electricidad.

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"Creo que ese algo eres tú" quiso decir Felix. Sin embargo, las palabras quedaron atoradas en su garganta. Y quizás fue para mejor.

Felix aún no lo entendía, pero lo sentía. Podía sentirlo. Había algo en ChangBin que lo atraía, algo invisible que lo empujaba a encontrarse con él, a verlo todo el tiempo, a querer estar con él. Algo que hacía que una electricidad recorriera todo su torrente sanguíneo cuando sus manos se rozaban. Sin embargo, sabía que él no se sentía de igual forma. Y tampoco quería asustarlo con tontas conspiraciones sobre ese algo que le pasaba.

Con obtener su amistad estaría más que satisfecho.

- Wow, que cursi fui. - Dijo quitando sus ojos de los negros de él. ChangBin aún se mantenía en silencio. - ¿Ya cenaste? - él negó. Felix lo tomó del brazo, ignorando esa electricidad que lo recorría. - Vamos, te prepararé algo.

- ¿Sabés cocinar? - le preguntó ChangBin sarcástico siguiéndolo.

- No soy un masterchef pero me defiendo. - ChangBin sonrió. Oh no, no me sonrías, por favor. - Uno no puede vivir solo sin saber cocinar, supongo. - dijo poniéndose en marcha.

- ¿No te sientes... - ChangBin calló por un segundo - No lo sé, ¿solo? - la mirada en sus ojos lo golpeó con fuerza. Felix notó que él si se sentía solo.

- A veces. - contestó Felix - Si estás diciendo que quieres venir a vivir conmigo, no me opongo. - bromeó haciendo que la expresión de ChangBin cambiase por completo.

- Oh, ya empiezas - dijo mirando su mano derecha. Felix notó que hacía eso muy seguido. - Déjame que te ayudo. - se paró de su banqueta frente a la barra de la cocina y se colocó a su lado. - ¿Qué preparamos?

- ¿No quemarás mi cocina, verdad? - bromeó Felix y ChangBin lo golpeó en el hombro.

- Sé cocinar - se defendió - y soy mayor que tú. Un poco de respeto. - Felix río y se pusieron en marcha.

En medio de risas y "No, Felix lo estás quemando" terminaron de preparar su cena y se sentaron a la mesa.

- ¿No me envenenaras, verdad? - preguntó ChangBin receloso.

- ¿Cómo he de envenenarte si lo preparamos juntos? - se quejó Felix y ambos rieron. Luego empezaron a comer.

***

Se encontraban en la sala de juegos. Felix había traído unas copas y vino. Además de unas cervezas.

- Juguemos a algo - propuso Felix tomando de su cerveza - Billar. Por cada bola que metas te dejaré hacerme una pregunta. - dijo - Lo mismo para mí.

- Huelo a buen juego en el aire - comentó Cen a su lado.

- Está bien - aceptó ChangBin. Y se colocaron alrededor de la mesa. Felix le pasó un palo a ChangBin y le dijo que vaya primero sin jugar el saque. Este así lo hizo. Movió el brazo ligeramente y junto al esparcimiento de las bolas metió una lisa. - Lisas.

- Entonces yo rayadas. Bien. Primera pregunta. - lo animo Felix.

- ¿Por qué quisiste venir a Corea? - Soltó ChangBin.

- Quería nuevos aires. Empezar de nuevo. Conocer gente nueva que no sepa de mi riqueza. - contestó acomodándose para golpear él. No hubo una pizca de arrogancia en su voz. Realmente no le interesaba. Movió el brazo y golpeó metiendo una rayada. - ¿Por qué obtuviste el empleo en el bar? - lo miró expectante apoyado en la punta del palo de billar.

- Necesito el dinero. - mintió ChangBin. Aunque era una mentira a medias. Se acomodó y volvió a embocar. - ¿Crees en el destino? - la pregunta tomó por sorpresa a Felix e internamente se cuestionó si ChangBin lo mencionaba por aquella electricidad.

Hilos Rojos • Changlix (EDITANDO-PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora