Un diminuto logro

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A la mañana siguiente me desperté con un calor inmenso...era casi insoportable, me dirigí rápidamente a la ducha.
Era domingo, suponía que mamá estaría en casa antes de la cena; salí de la recámara con unos short y una blusa de símbolos , me dirigí a la sala para hacer un pedido de comida, ya que no tenía muchas ganas de salir, aparte de eso no quería encontrarme con nadie solo quería estar sola...
Sabía que el pedido tardaría así que me puse a ver televisión, un canal de música en inglés...

30 MINUTOS DESPUÉS...
no podía ser verdad, la maldita comida no llegaba, y hasta mañana volverían a surtir la despensa, en esos minutos me estaría muriendo de hambre, no me quedaba de otra nada más que esperar.

Escuche el sonido de un auto, me estaba quedando medio dormida, suponía que era alguna de las secretarias de mamá, mi mamá en algunas ocasiones olvidaba documentos por ir tan deprisa todo el día.
Al escuchar la puerta abrirse escuche la voz de Hamilton...

- Ava, buenos días, ¿estas despierta?

Me quede callada, no quería conversar con él, no quería sentirme nerviosa y enojada solo por su presencia.

Se dirigió a la cocina, como dejando, no lo podía ver pero lo escuchaba.
Escuche sus pasos en las escaleras, por lo que aproveche y fui corriendo a la cocina para ver qué era lo que había traído.
¿Qué?
¿Era enserio?
Era comida, olía deliciosa.
De repente sentí su mano sobre mi hombro, maldición, que vergüenza.

-Así que aquí estas muchachita!!- dijo quitando se mano.
-Emm sii- dije enfadada, mirando a otra parte de la habitación.
-¿por qué no me respondiste cuando grite?

Mire hacia otra parte que no fuera él, estaba muy nerviosa.

-okeii, si no quieres responderme no te preocupes, que te gusta más el refresco o jugo.
-¿Qué?-dije haciéndole mala cara.
-¿Qué prefieres para tomar jugo o refresco?
-No te molestes ya pedí mi desayuno de seguro en cualquier momento llegara.
-vamos ava es domingo familiar, somos familia anda.
-No, no es necesario

Subí a mi cuarto a llamar otra vez por el desayuno...

-Buenos días, que gusta ordenar?
-Buenos días, en realidad nada, hace media hora o más, pedí una orden y no la han enviado
-está bien en un momento lo arreglaremos, Número de pedido?
-18
-Esta bien, tenemos un problema con la dirección, no hay pedido en esa zona, si gusta venir a recogerla en persona.
-Déjelo así, mierda¡¡ - tire mi celular a la cama.

Genial ahora tenía que salir a buscar comida; me puse unos zapatos cómodos y me dirigí por las llaves.

-¿Ava que pasa?-grito Hamilton desde la cocina.
-iré a buscar comida- genial estaba mareada, pero eso no me detendría.
-¿Qué paso con el pedido?
-resulta que no entregan pedido a estas partes.

Cuando abrí la puerta del carro me toco el hombro:

-Espera!!, aquí dentro hay comida, si gustas.
-No gracias - dije

Cuando intente apartarlo, sentí como mi mundo daba vueltas, solo sentía mis piernas de gelatina, miraba el cielo azul.

-ey, ey - Hamilton me atrapó - vez que necesitas comer, entra ya!!
-solo por esta vez - logre decir

Entramos, me sentó en una silla y me puso una enorme porción de comida, era ensalada de pollo, arroz y tortitas, demasiadas tortitas, se me hizo agua la boca.

- Vamos Ava come.

Solo asentí, y fui sacando algunas ya que eran demasiadas.

-oye espera te comerás todo muchacha.
-no, necesito mantener mi peso.
-Ava estas súper delgada, estas tortitas no te convertirán en la señorita puff.

Me reí bajo ante su comentario.

-lo sé pero...
-anda ava desayuna ya!!

Nunca nadie me había dicho que comer, bueno la maestra de danza solamente. Me sorprendí.
Yo lo miraba y él hacía lo mismo, desayunamos en silencio, solo cuando abrió la boca para decir un comentario divertido sobre mi blusa.

-okey- dijo él
-okey, recogeré todo esto.
-te ayudo - dijo
- me parece bien.

Todo esto fue algo extraño. Podíamos estar en paz, por lo menos en el desayuno.

Yo tenía tan poco equilibrio en esos momentos, intente poner los platos al otro extremo de Hamilton pero lo único que logre fue un tropezón, se me cayeron todos los platos al suelo.

-Hey, enserio lo siento - dijo Hamilton, mientras se agachaba a ayudarme.
- no te preocupes

Me tomó el brazo y nos miramos a los ojos, parecía una eternidad, en sus ojos había un mar infinito, con ese azul intenso que te transportaba a otro lugar...

-Ava... - dijo con la voz agitada... me acaricio los labios con su pulgar.

Era una sensación inmensamente encantadora, me abrumó por completo.

-Hamilton... - dije, parecía un susurro.

Me aparte de él lo máspronto que pude, tratando de controlar mi corazón que palpitaba muy rápido.

¿por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora