Mares, océanos y tierra.
Pequeños océanos en los que ahogarse junto a un atardecer donde las flores se marchitan poco a poco.
Entre el cielo y la tierra, una pequeña ola se formó para transformarse en un amplio e inmenso océano azul cobalto donde el horizonte siempre es infinito y las criaturas nunca son encontradas, en donde la profundidad no conoce límites y las tormentas provocan naufragios para que los marineros esperen por el rescate de las sirenas.
Porque la ola era 0, porque el potencial es 0, y todo comienza de la nada.