El tiempo fue como un regalo. Suficiente para estar agradecida por todas las decisiones que nos llevaron a este momento. Todas mis decisiones, incluso las que tomé cuando era joven, fueron sabias. También las decisiones que lamento, al final, fueron correctas. Todas esas cosas fueron emocionantes y hermosas.
Incluso si la vida de engaña no estés triste o te enfades. Vive las cosas tristes del presente y hacia el futuro. Todo sucede justo en el momento en el que tendrá que suceder.
¡Y qué grandes son las cosas que sucederán!
Pequeños incidentes que se extendieron como pequeñas olas, ambos se combinaron y se pusieron en pie frente a nosotros, convirtiéndonos en una gran ola que nos sirvió de guía.
Y si nos volvemos a encontrar, ¿crees que podremos reconocernos?