En una habitación llena de humo con un par de ojos observándome hay tres puertas y ninguna llave. Está ascendiendo, me está ahogando. Hay un hombre sin rostro, solo un borroso retrato en un marco. Me estoy perdiendo de nuevo.
Luego, una mujer grita: "¡Es una noche terrible!", mientras es estado cambia de oscuro a luminoso. Todo cambia con una sola frase y una sola voz.
Nos besamos y sus labios se convierten en arena que deja caer en mis manos en forma de cascada formando un castillo en el suelo. Luego estoy sola de nuevo en frente de tres puertas y ninguna llave en una habitación repleta de humo.
Ahora, los dos estamos en la habitación respirando el humo gris plata. No hay puertas esta vez, solo un hueco en el techo. La luz de la luna ilumina la estancia y nos volvemos ciegos mientras nos ahogamos lentamente en una nube de humo.