En su corazón hay un agujero, hay una marca negra en su alma. En sus manos está mi corazón y no se irá hasta que esté cicatrizado.
Trato de respirar pero no puedo, porque el aire con el que me alimenta está deshecho. Tiene un toque como una espina. Tiene sangre fría como el hielo y un corazón hecho de piedra, pero me mantiene viva. Es la bestia en mis huesos.
Me señala con sus cuernos de demonio mientras no hay lugar a donde correr del fuego que respira. Es fuego y pecado, y me quemo cuando los respiro mientras golpea mi garganta. Ahora, este amor es suicida, pero vendería mi alma por una segundo más a su lado.
Que la verdad sea dicha, no me importa, porque su infierno es mi paraíso.