Capítulo XXV: "Dos pueden jugar"

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  "Dos pueden jugar"

Los días después de Louis fueron difíciles. Podía escucharlo tras la puerta todas las mañanas, esperando a que saliera, para seguir diciéndome mentiras.

Empecé a llegar tarde a clases, me duchaba por la noche y no salía de mi habitación hasta que lo escuchaba marchar.

Josh era de gran ayuda, acompañándome a todas las clases, sentándose a mi lado, alejándolo con la mirada. Y claro que Louis guardaba la distancia, ya había probado que era ser golpeado por Josh, el moretón en su mandíbula se lo recordaba día tras día.

Así ha sido durante toda la semana.

Pero nunca había tratado de entrar a mi habitación a la fuerza, no había utilizado la llave que tiene en su poder.

No hasta ahora.

Son aproximadamente las cuatro de la mañana del viernes, la ventana se encuentra abierta y una fresca brisa entra y se cuela por las sabanas, hasta llegar a mi piel y me hace temblar intencionalmente.

Pero no puedo quitar mi mirada de él, de su rostro relajado y sus parpados cerrados. No sé cuando entró, ni cuanto habrá estado mirándome dormir antes de que él callera dormido, pero no me importa porque lo que siento por él es más grande que cualquier engaño, que cualquier enojo.

Lo quiero y me hacía falta tenerlo cerca, extrañaba su aroma y su calor. Lo extraño. Pero eso no quiere decir que le perdone, que vaya a olvidar tan rápido la humillación, el saber que Christopher tenía razón, que se burlaban de mi a mis espaldas.

Lo veo y cuando he decidido que empieza a doler su cercanía le despierto. Muevo su cuerpo con fuerza hasta que sus ojos se abren y se adaptan a la obscuridad.

-Harry...

-¿Qué haces aquí?

Se sienta frente a mi y sus ojos azules me miran con cuidado.- Quería verte, lo siento.

-No debes estar aquí.

-No me importa lo que digan las reglas, Harry, quiero estar contigo.

-¡No es sobre lo que digan o no las reglas, Louis! Es sobre lo que yo quiero, y yo no te quiero aquí.

Me mira y siento la pesadez de su mirada, siento todo lo que quiere decirme, puedo sentir su miedo al rechazo.

-Harry...

-Quiero que me dejes solo, que te alejes. Ya me has hecho mucho daño.- siento un nudo en la garganta pero no son lágrimas, es todo el enojo y el miedo que he estado conteniendo, las ganas de gritar.- ¡Maldita sea, Tomlinson! Si me lo hubieras dicho, si me hubieras dicho sobre lo que tramabas... eso no habría sido tan doloroso, te hubiera creído como un tonto, hubiera creído en tus palabras. Habría dejado que me lastimaras, habría aceptado la humillación... te quiero Louis, pero eres un hijo de puta.

Baja la mirada y su mano viaja a la mía. Quiero alejarla, rechazarlo como dicta el sentido común. Pero a la vez quiero sentir su toque, quiero conservar esa sensación.

Lo quiero a él.

-Lo siento, Harry.

-No me sirven tus palabras, Louis. Yo ya no confío en ti.

Su mano toma la mía con fuerza, como si mis palabras realmente dolieran, su mirada sigue baja y solo puedo limitarme a ver su cabello caer por su frente, no me mira y es mejor así, porque su mirada tiene un efecto en mi.

-Lo siento, Harry. Fui... soy un idiota.- y me jala hacia él, caigo sobre su pecho y se recuesta sobre la cama, abrazándome.- Te extraño.

-Louis...

Instituto Booster Para Hombres (LARRY STYLINSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora