Dejaste de hablarme por meses Camila, el primero fue el más agonizante, buscaba tu mirada cuando ambas recorriamos el mismo pasillo y tus ojos vagaban por el lugar con tal de no fijarte en mí, en los momentos en que nos encontrabamos a escasos centímetros, sacabas tu celular y lo observabas o fingías llamadas que jamás se realizaron. Sentí que estaba muerta ante tus ojos o peor aún, noté que estaba muerta ante ti.
Al segundo mes empezaste a salir con un chico mayor que tú ¡Me rompiste el alma Camila! Verte con ese chico mientras yo te dedicaba cada uno de mis pensamientos ¡Me desarmó por completo! Yo no me quedé atrás, no podía permitir que mi ego se fuese al vacío por ti, volví con Alexa ya que me demostraste que era lo que pretendías.
Al tercer mes tuvimos que ver la clase de montaje teatral juntas, quería olvidarte, pretendía hacerlo, pero al parecer el destino no estaba a mi favor, allí tendría que verte cuatro veces a la semana. ¿Cómo puedes olvidar un amor, si tienes que compartir largas horas a su lado?.
Decidí no asistir la primera semana, ¡Mentí Camila! No estaba enferma, aquella viruela jamás estuvo en mí pero rogaba que cualquier enfermedad se apropiara de mi cuerpo y de esta manera tener alguna excusa para no tener que verte.
Tuve que regresar, mis pretextos se habían agotado y ya no podía evadirte más, entré a ese oscuro salón y cuando me viste tus ojos se iluminaron, inmediatamente te acercaste a mí preguntando si me encontraba bien, sólo afirme con mi cabeza y me aleje de ti. No quería ser indiferente ante tu hermosa acción, pero si te hubiese contestado habría recaído de nuevo ante ti. Al iniciar la clase noté que tenías el personaje principal. ¡Dios! Eras tan buena, juro que ante mis ojos ni siquiera la perfecta Natalie Portman hubiese podido opacarte. De un momento a otro empezaste a cantar y me perdí por completo en tu prodigiosa voz. Empezaba a comprender que la obra era de teatro musical, dado que vi a algunos compañeros de la clase bailar detrás de ti, mientras en un armonioso coro complementaban tu delicado canto, en un momento tu mirada se posó en mí, creo que hace meses no sonreía de esa manera, no podía dejar de mirarte aunque quisiese, sentí mi corazón latir de nuevo, mis manos sudaban al verte, mis dientes mordían mi labio inferior como si de mi boca quisiesen salir las más lindas prosas y mi cuerpo lo evitase. Terminaste y yo continuaba debatiendo con mi mente el que pasaría después de verte. "Controlate Lauren, contrólate" me debatía a mi misma.
"Escojan una pareja" escuché a una de las docentes. En primer lugar mis ojos se fueron hacia ti, me miraste y tomaste la mano de un chico que estaba a tu lado, ya sé era una estupidez el creer que me escogerías a mí, me levanté y tomé la mano de Verónica.
"Vamos a bailar un tango, las mejores parejas son las que se presentarán en la puesta final" la verdad no quería esforzarme en lo más mínimo, por otro lado tú parecías una completa profesional. Me aprendí todos los pasos de los hombres ya que Verónica casi sollozaba para que le permitiese ser la dama de aquel baile. Después de repetir varias veces la secuencia la clase culminó, tomé mi maleta y salí del lugar.
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Una carta de amor de Lauren a Camila
RomanceBasado en el libro Última carta de amor del autor Javier García Sanchéz