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Cómo mencioné, a las 8 en punto estaba frente a la dirección de tu casa. Timbre tranquilamente y a los pocos segundos abriste la puerta. Me sentía en el Olimpo recibiendo la bienvenida de la Diosa más hermosa: Atenea. Tu cabello caía delicadamente por tus hombros hasta llegar abajo de tus pechos, tenías una blusa que mostraba tu abdomen, un pantalón negro y unos tacones que buscaban que quedaras a mi altura. Expresé lo sorprendida que quedé ante tu belleza, tu sólo sonreiste, tomaste mi brazo delicadamente y pedimos un taxi para llegar al bar donde pasaríamos gran parte de la noche. Allí nos encontramos con unos amigos tuyos acompañados por una chica que llevaba tiempo cortejandome; su nombre era Halsey pero nunca estuvo entre mis intereses.

Entramos con ellos y compramos entre todos dos botellas de vodka, en el momento en que la amable mesera que nos atendió esa noche dejo aquellas botellas, tus manos se abalanzaron rápidamente para ser la primera en beber de dicho trago, no parabas de reír y de tomar descontroladamente, a eso de la media noche Halsey se levantó y me invitó a bailar, cedí y fuimos al medio de la pista, tu estado de ánimo cambio inmediatamente no pude compartir con Halsey ni siquiera una canción completa porque llegaste y te pusiste en medio de las dos afirmando que yo era de tu propiedad, por dentro la felicidad contagió a cada uno de mis organos al escucharte mencionar esas palabras. Nunca permití que alguien usará esas palabras para dirigirse a la relación que mantenía conmigo, incluso terminé varias relaciones porque aquellas chicas afirmaban dicha frase, pero ante ti mi frialdad desvaneció, cada palabra o frase que mencionabas sonaba ante mis oídos como aquellas melodías que el gran Beethoven componía. Tomaste mi cintura sacándome de mi charla conmigo misma y empezaste a bailar descontroladamente pegando tu pelvis a la mía mientras desesperadamente buscabas mis labios para conectarlos con los tuyos. "Estás muy borracha Camila" afirme negandome a tus deseos "Lo sé Lauren y no me importa, te extraño, te necesito, quiero tus labios, tu cuerpo, te quiero a ti" Mi boca se curvo realizando una gran sonrisa "Llévame a casa" Ordenaste y yo en completo silencio obedecí a tus deseos. Tomamos un taxi y durante todo el camino acariciaste mi cuerpo, yo quitaba tu mano porque un calor infernal se estaba apropiando de mi cuerpo y aunque lo sabías no te detenías. Por fin llegamos y me paré frente a tu puerta para poder despedirme de ti, abriste la puerta, dirigiste la mirada hacia mis ojos. "Tú te vas a quedar conmigo" Afirmaste seriamente y entraste sin permitirme contestar algo ante tu demanda.

Entre junto a ti cerrando la puerta, luego ambas nos dirigimos a tu habitación en completo silencio. Al entrar tomé unas cobijas y las puse en el suelo buscando forjar algún tipo de cama para mí. Empezaste a reír fuertemente "Vas a dormir aquí conmigo" Afirmaste con tanta seguridad que no pude negarme.Me acosté suavemente a tu lado buscando no interferir en tu espacio personal, pero rápidamente te pusiste sobre mí dejándome completamente estática, comenzaste a mover tu pelvis sobre la mía, pero tomé tus caderas y detuve aquel movimiento. "Estás demasiado tomada Camila" Entiende ¡Tesoro mío! Moría por hacerte mía, pero no de esa manera "Cállate" Fue lo único que mencionaste antes de que tus labios se apropiaran de los míos y después de eso para ser completamente sincera contigo no tuve el valor de oponerme ante tus deseos. Besaste mi boca con tanta intensidad que empecé a sentir la manera en que mi sangre se apropiaba de mi centro, tus besos empezaron a bajar lentamente hacia mi cuello mientras mis manos empezaron a jugar con tu espalda. De nuevo tus caderas se movieron sobre las mías y sentí como mi cuerpo se estaba rindiendo al placer que estabas generando en mi. Desabroche tu vestido suavemente rozando delicadamente con mis dedos el centro de tu espalda, cuando el cierre llegó a su punto final me levantaste sacando mi blusa sin delicadeza alguna. En ese momento ¡Mi bella dama! comprendí que tu instinto era más sexual que de entregarnos la una a la otra. Así que adopté tu posición y casi arranqué aquel vestido de tu mágico cuerpo, casi sin poder notarlo en menos de veinte segundos ambas estábamos completamente desnudas ante la otra. Quería admirarte pero no me lo permitias tus labios y tu cuerpo solo pretendían jugar con el mío, tomaste mis senos con fuerza como toda una profesional y tu boca se apropió de uno de ellos logrando que mi pelvis se levantara en busca de tu centro, con la otra mano masajeabas incesante mi aureola, acaricié tu cabello dando pequeños halones. El placer que provocabas mi cuerpo lo transmitía en cortos corrientazos que recorrían todo mi cuerpo para quedarse en mi centro y acumularse allí. Bajaste tus manos hasta mi pelvis y me perdí por completo, acariciaste mi punto con tanta agilidad que mi cuerpo empezó a responder al placer a través de gemidos. "Mmm" Soltaba fuertemente, tu boca subió a la mía mientras mi mano bajaba hacia tu centro, rocé suavemente tu clítoris mientras notaba lo humeda que te encontrabas en ese instante, mis dedos no tardaron en comprender la situación y entrar por completo en ti "Ahhh" Soltaste lo cual fue música para mis oídos, tus movimientos se detuvieron un poco mientras yo continuaba mi trabajo y cuando te acostumbraste continuaste el movimiento de tus dedos en mi centro. ¡Maldita sea! Nunca había sentido tanto placer con una sola persona, estaba completamente rendida a ti, a tu cuerpo, a tus senos delicados que se movían sobre mí, al sudor que tu cuerpo y el mío emanaban juntos. Tu cuerpo se empezó a mover con rapidez lo cual me dio a entender que pronto llegarías a tu punto más alto, tomé tu cuerpo y lo puse debajo del mío buscando poder tener un mejor acceso a tu centro, baje suavemente pasando mi lengua por tu abdomen llegando por fin a aquel paraíso, posé mi lengua junto a mis dedos y son incontables la cantidad de malas palabras que salieron en ese momento de tu boca "Mierda Lauren hazlo más rápido" Suplicabas y yo solo obedecía cada uno de tus caprichos, mi boca se apropio por completo e introduje un dedo más. Tomaste mi cabeza haciendo más presión en tu centro, levante un poco mi mirada buscando ver la lujuria con que tus ojos me miraban, tomaste uno de tus senos y lo apretaste mientras de tu boca salían monosílabas las cuales me costaba entender "Ahhhhhh" Escuche mientras sentía como tu respiración se controlaba por sí misma. Subí a besar tus labios pero giraste tu rostro. Quedé fría ante aquel gesto. Tu cuerpo se giró dándome la espalda por completo y me dejaste ahí con diez mil preguntas en mi cabeza que jamás contestarías

Una carta de amor de Lauren a CamilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora