Capítulo 3

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Tania's POV.

No me podía creer lo tranquilos que estábamos en una noche como aquella. Aún no sabía a la perfección por qué los chicos salían si se suponía que todo era un peligro. ¿Y si se habían quedado fuera por algún problema y estaban tratando de sobrevivir como nosotras? Pero tenían armas. Y las sabían utilizar. Todas esas preguntas sin duda quería buscarles una respuesta, y estaba segura de que Noha y Ivana también estaban confusas, pero no podía evitar notar que las tres ya estábamos más aliviadas al saber que ellos nos protegerían de alguna forma.

J-hope me contó que Jin, Jungkook, Namjoon e incluso Noha se fueron a una gasolinera cercana para intentar robar comida. Ivana junto a Taehyung se acercaron a nosotros, y no pudimos evitar sentir algo de preocupación por Noha. Los chicos lo notaron y trataron de calmarnos.

—Tranquilas, está en buenas manos. Saben lo que hacen—comentó Jimin, a lo que Ivana le dirigió la mirada durante unos segundos y luego la apartó, claramente avergonzada.

¡Incluso yo me sentía así! Y si Noha estaba con Jungkook y con los demás, especialmente con el primero, ¡debía estar igual de avergonzada! Pero sobretodo emocionada. Teníamos sentimientos encontrados.

—Oye... ¿Qué hacéis aquí fuera? —cuestioné, dirigiendo mi mirada hacia Suga, quien yacía tumbado con los ojos cerrados, casi dormido—. ¿Por qué tenéis armas? ¿Cómo es que dejáis que los demás vayan a robar a una gasolinera? ¿Y si os pasa algo y...?

—¿Por qué no te callas? —oí murmurar a Suga. Puse mala cara y bufé mirando a otro lado.

—Aaagh, no le hagas caso, está de mal humor, cómo las veinticuatro horas del día—dijo Taehyung, haciéndole un gesto a Ivana para que se acercara, ya que se había apartado del grupo tras notar la mirada de Jimin sobre ella. Me levanté y me acerqué a Ivana.

—No te avergüences, aprovecha y habla con él, ¡es tu ídolo!

—Tienes razón, pero... es que es más guapo en persona. Todos—sonrió.

De repente escuchamos un grito de un chico, llamando nuestra atención. Aquella voz me sonaba, era de Jin. Traía un par de bolsas de comida y parecía más feliz que nunca.

—¡Ha sido genial!—escuché decir a Noha.

Andaba entre Jungkook y Namjoon. Jin iba un poco más adelante. Yo y Ivana nos acercamos a ella y nos quedamos a unos tres metros apartadas del grupo, mientras que los chicos se reunían y hablaban entre ellos.

—¡Noha! ¿Estás bien? ¿Qué habéis hecho? —preguntó Ivana claramente preocupada.

—Fui con ellos hasta una gasolinera a un par de calles de aquí. No habían cerrado aún. No había nadie dentro pero no era difícil entrar. Rompieron el vidrio de una pequeña ventana y entraron, pero no querían causar mucho destrozo. Hemos cogido la comida más buena que hemos visto. ¡Y ha sido un pasada!

Me sorprendía que a Noha le gustaran aquellas actividades. Romper cristales y robar gasolineras nunca se nos había pasado por la cabeza. Pero con solo escucharlo te daban ganas de hacerlo.

—Chicas... Siempre decimos que conocemos mucho a BTS, pero... ¿De verdad les conocemos? —preguntó Ivana, yo pensé en ello—. Es decir, han robado... Cierto que los crímenes son legales, pero, ¿por qué lo harían?

—Jungkook me lo ha dicho —habló Noha, en voz baja—. Son anti purgadores. Anarquistas. Ellos no están a favor de ésto. Persiguen a los asesinos, les hacen pagar por ello.

—Entonces, ¿por qué roban? —pregunté seria, cruzada de brazos.

—Por que necesitan comida como todo ser humano. No hemos cogido muchas cosas, y el cristal era pequeño. Si nosotras necesitáramos comida y no tuviéramos otra opción, haríamos lo mismo—yo asentí. Tenía razón, más que razón. Era cuestión de vivir o no.

—Chicas—habló Namjoon. Nos giramos hacia ellos. Suga ya se había levantado y formaron una fila horizontal mirando hacia nosotras—. Os llevaremos hasta nuestro... refugio. Es el mejor sitio que tenemos para protegernos de ésta noche. Nos quedaremos con nosotras y responderemos a vuestras preguntas.

Estábamos en shock. ¡Así que al final sí que nos quedaríamos con ellos!

—Jimin nos ha logrado convencer—habló Jin comiéndose una barra de chocolate—. Y también Jungkook.

Miré a Suga. Seguía con mala cara, callado, en silencio. Frunció el ceño en cuanto me miró. Le imité y luego dejé de mirarle.

Jin nos hizo un gesto para que entráramos en el Jeep. Cabíamos todos aunque los chicos tuvieron que apretujarse un poco para que nosotras pudiéramos sentarnos bien en los asientos traseros. Pasaron... siete u ocho minutos, escuchábamos hablar a los chicos y nosotras nos manteníamos en silencio pensando en todas las preguntas que rondaban nuestra cabeza.

—Ya está, hemos llegado—avisó Jungkook y todos bajamos del Jeep. Namjoon y J-Hope se encargaron de que no hubiera nadie cerca sacando sus armas y vigilando la entrada—. Rápido, entrad—abrió una puerta de metal, entramos, y luego abrió otra puerta más grande de metal.

Nos hizo un gesto y nosotras entramos a paso rápido. Todos nos siguieron y cuando estaban dentro cerraron ambas puertas. Simplemente les seguimos y nos dimos cuenta de que estábamos en el edificio de BigHit. Habíamos entrado por el garaje y bajábamos a una sala algo secreta, como un refugio subterráneo.

—¡Esto parece una película!—comenté emocionada en cierto modo, causando un eco por el pasillo que llevaba al refugio.

—¡Es como un búnker de emergencias, sí, como en las películas!—J-hope me siguió el juego y rió. Giramos una esquina y Namjoon sacó unas llaves para abrir una puerta gris.

—Y... ¡bienvenidas!—al abrir la puerta le dio a un botón para que se encendiera el lugar. Era un sitio espacioso, habían varias habitaciones u mucho sitio libre. En una habitación habían armas colgadas en la pared y otras guardadas en una especie de armario de metal. En otra habitación habían sofás y mesas. Habían dos habitaciones con literas y dos baños pequeños. La sala grande que daba más entrar era la que estaba libre de muebles u otros objetos.

—En ésta sala solemos practicar con las armas—dijo Jimin—Tenemos muchas.

—Espera, espera, ¡hagamos algo divertido!—Taehyung se fue casi corriendo y Jimin suspiró, lanzándole una mirada a Ivana y luego prosiguió con sus palabras.

—Ya sé lo que quiere hacer—se acercó al botón de la luz y espero a que Tae apareciera por la puerta de una de las habitaciones con una caja roja. La puso en el suelo y la abrió dejando ver bengalas también rojas. Nos pasó una a cada uno de nosotros, incluidas yo y mis amigas. Con unos mecheros encendimos las bengalas y Jimin apagó la luz.

Las bengalas dejaban un humo de color rojo detrás de ellas, así que comenzamos a mover nuestros brazos viendo como la sala se iluminaba. Escuché a Ivana y a Noha reír, quienes se mantenían cerca de Jimin y Jungkook. ¡Habían pasado tantas cosas desde que estábamos en aquella tienda! La purga había comenzado y habíamos conocido a nuestros ídolos. Decidí confiar en ellos y soltarme un poco. Miré a Suga. Él también se divertía mucho.

Seguimos así durante unos minutos hasta que escuchamos un grito. Era Jin, que se había caído.



The Purge [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora