Ivana's POV.Noha vino a nuestra habitación, donde yo estaba acostada. Acababa de darse una ducha y parecía muy cansada por el entrenamiento. Tania seguía fuera con Yoongi. Todo con respecto a la purga era extraño, no es como el año pasado o los otros. Algo está mal y claramente me preocupa. Pero sé que no puedo hablar de ello con los chicos, sé que no recibiré respuestas válidas.
También sé que necesito mantenerme fuerte por las chicas y no debería preocuparme por cada cosa pequeña que pase. Simplemente actuaré normal hasta que pueda... veré cuan largo será eso. Noha parece estar también preocupada por algo. No necesito ésto ahora, el actuar como si todo estuviera bien.
Me levanté de mi cama y me dirigí al microondas para hornear algunos fideos. Tenemos muchísima comida, ¿pero para qué? La purga es sólo una noche, no necesitamos tanta comida...
Yaah, Ivana, sólo hornea los fideos y espera hasta por la mañana para que todo vuelva a ser como antes.
—¿Quieres que te prepare unos?—le pregunté a Noha. Ella seguía pensando en algo cuando se lo pregunté. Pero luego me miró y habló:
—Claro. ¡Me muero de hambre aquí! ¿Es eso a caso una pregunta?—me dio una brillante sonrisa bajo mi mirada.
Después de que el microondas avisara de que nuestra comida estuviera lista, quise mezclar algo con los fideos, para que supiera bien. Por supuesto, los horneé mejor que los originales que venden en la tienda.
Le pasé a Noha un bol de fideos. Ella los probó y me dio una mirada extraña.
—¿Sabes?—preguntó—. No les hornees fideos.
—¿¿Qué?? ¡Mis fideos son los mejores!—luego, los probé y realmente estaban muy buenos.
—Ahhhh~ Creo que moriré pronto por culpa de estos fideos—Noha fingió un llanto, pero seguía comiéndose los fideos, como una bebé.
No pude contener mi risa mientras ella actuaba de forma dramática. Pero de repente, alguien abrió la puerta, era Namjoon.
Vaya... ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas? Noha se quedó paralizada y yo me quedé miando al chico aguantando mis risas.
—¿Qué pasa?—nos preguntó serio. Claramente estaba preocupado por culpa de los sonidos del llanto que Noha fingió.
—Ah, me he preocupado. Chicas, sois...—soltó un bufido y rodó los ojos.
—¡OMG, fideos!—Taehyung se puso a mi lado con mucha rapidez y agarró mi bol de fideos, dejando a Namjoon en el marco de la puerta quien tenía la palma de su mano en su frente.
A pesar de que Tae se convirtió en mi mejor amigo del grupo, no puede comer mi propia comida. ¡No la estoy compartiendo! Golpeé suavemente su hombro y cogí de vuelta mis fideos.
Dejé escapar una pequeña risa. Los cuatro estábamos en la habitación mientras Tania estaba en algún lugar con Yoongi. ¿Por qué tardan tanto? Espero que todo esté bien...
Tania's POV.
La mitad de mis dudas ya habían sido respondidas, pero me habían surgido nuevas cuando Suga me preguntó si quería ir con él a comprar más protección. Es decir, armas, munición, chalecos antibalas y cualquier cosa útil más. Primero me sentí extraña pues no necesitábamos comprar todo la misma noche de la purga si no volvería a haber una hasta el año que viene. Y además, ¿tiendas abiertas esta noche? ¿Cómo?
Pero tenía la cabeza en otra parte. Me sentía un poco nerviosa por volver a salir a aquellas calles. Tenía miedo de que nos encontráramos con algún purgador, pero no quería mostrarme débil ante Yoongi. Aunque estaba segura que me daba más nervios el estar con él que encontrarme con algún loco con un arma en la mano.
—Estás muy callada—me dijo, cuando ya salimos del edificio de BigHit.
—Siempre que hablo me mandas a callar, así que...—me encogí de hombros elevando un poco las comisuras de mi labio.
—Es que, prefiero escucharte a que aguantar un silencio incómodo—aquello hizo que me pusiera más nerviosa. ¿Y si no tenía nada que decir? Comencé a hacer las preguntas que tenía en mente.
—Oye, ¿cómo es que hay tiendas abiertas justo esta noche?—esperé no molestarle pues no había hecho más que preguntar desde que los conocí, pero pareció interesado en eso. íbamos rápido. Me dio un arma y él tenía la suya.
—Hay un establecimiento grande no muy cerca de aquí, bastante protegido, y tiene un sótano donde acogen a personas sin hogar o que se han quedado fuera y necesitan seguridad—explicó—. No sólo vamos a ahí para darles protección a la gente buena que queda fuera, también venden armas y cosas así para los anti purgadores como nosotros.
—¿Y cómo están seguros que las personas que acogen son buenas?—pregunté. No podía parar de preguntar.
—Créeme que lo tienen bien vigilado todo.
Seguía un poco asustada. A pesar de que había practicado ya con armas, era muy diferente apuntar a un blanco que a una persona, sin embargo, no pensé en eso ahora, pues en cuanto giramos una de las esquinas de la calle, se vio un edificio no muy grande con luces iluminando la acera y dos hombres vigilando la entrada. Ellos ya conocían a Suga, y les parecí de confianza así que no tuvimos problemas para entrar.
Dentro, estaban los encargados del sitio y algunas personas refugiadas. Tenía buen espacio, un piso superior y un sótano, según me indicaban las escaleras de al lado de la entrada.
Suga me preguntó si quería algo en concreto, pero no se me ocurría nada. Él era el que sabía de cosas para sobrevivir, así que dejé que se encargara. Me extrañaba que no le reconocieran, no había mucha luz dentro comparado con fuera. Yo miraba a las personas que estaban ahí. No pude evitar sentir un poco de pena, también había niños.
—Es una de las razones por las que ayudamos—habló de repente Suga mientras esperaba a que el encargado le diera las cosas que le encargó—. La purga es algo que debe parar, ¿sabes? La gente sufre. No es bueno...
En aquel sitio no había mucho ruido, a lo que él hablaba con su voz baja como de costumbre, y hacía que me relajara, que entendiera que tanto él como los demás tenían un buen corazón. Ahí me di cuenta de que había sido una buena idea que mis amigas y yo nos uniéramos a ellos.
Pensé en mis amigas por unos momentos y en lo que dirían si estuvieran aquí.
Pocos minutos después estábamos fuera del lugar. En la mayoría del camino estuvimos en silencio, como si la imagen de aquellas personas refugiadas se nos hubiera quedado en la mente. Pero cuando estuvimos a punto de entrar, me habló.
—Gracias por uniros a nosotros—comenzó—. Es decir, tampoco es que necesitáramos ayuda, ni eso...—parecía nervioso—. Sólo os lo agradezco.
—No tengas miedo de parecer nervioso o dubitativo delante de mi—le dije sin pensarlo dos veces—. Está bien mostrarse inquieto de vez en cuando, confía en mi.
Asintió con la cabeza tratando de sonreír un poco. Lo consiguió, causando en mi una extraña felicidad.
—Te he hecho sonreír, ¡un logro!—Suga rodó los ojos y entramos en el edificio.
En cuanto estuvimos dentro, saludamos a todos y fui con mis amigas para contarles todo.

ESTÁS LEYENDO
The Purge [BTS]
RomanceVolvíamos de la tienda y de repente oímos un sonido. No sabíamos que la purga había comenzado, y mucho menos que tendría lugar esa misma noche. Lo que no nos esperábamos era que nos encontraríamos con unas personas que llevábamos siguiendo desde hac...