Tu ángel.

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Marzo, 1984.

Lo último que escuché fue el rechinar de unos neumáticos con el pavimento y luego un estruendo. En un instante tuve que abandonar el mundo y morir. Era tan joven, apenas tenía dieciocho años y tenía toda una vida por delante. Lo que más extraño no es el estar vivo, sino el estar con ella, la mujer con la que me quería casar y pasar el resto de mi vida.

Recuerdo que esa semana había estado teniendo el mismo sueño. Soñaba con un cruce de avenidas que en realidad no conocía. Ahí, estaba Victoria, mi novia (y futura prometida pero todavía ella no lo sabía). Estábamos conversando y dándonos besos y caricias. Todo era perfecto, hasta que llegaba la hora de despedirnos. Me besaba y luego paraba un taxi. Entonces yo le decía que la podía acompañar a casa y ella me respondía que sólo había un lugar en el taxi. No entendía lo que aquello significaba, porque yo veía el transporte vacío, sólo con el conductor a bordo. Luego ella abordaba el transporte y yo la veía alejarse en la avenida, cuando un carro aparecía de la nada y se producía un terrible accidente. Luego yo corría asustado, gritando su nombre, pero cuando llegaba al taxi y abría la puerta veía con horror que no era Victoria. En su lugar estaba yo con el rostro sangrando y a punto de morir. Una voz se escuchaba mientras me veía a mi mismo. Salva a Victoria, me decía, tu eres el único que puede hacerlo. Es entonces cuando despertaba.

Ese sueño no se lo conté a nadie. Creí que era una especie de advertencia del señor destino, y que la vida de Victoria podría estar en peligro y sólo yo podría salvarla. Así que esa semana estuve alerta cuando salía con Victoria, no permitiría que nada malo le sucediera. Ella era una hermosa señorita de mi misma edad. Tenía el cabello cobrizo y liso, pero de las puntas se le ondulaba. Muchas veces se molestó conmigo porque cuando conversábamos nunca la veía a los ojos y pensaba que no le prestaba atención. Luego le tenía que explicar que si la veía me iba a perder en sus preciosos ojos avellana y entonces sí dejaría de escucharla. Era entonces cuando se reía y me besaba. ¡Dios! el sabor de sus labios me enloquecía y ya no puedo disfrutar de su dulce néctar más.  

Siempre pensé que cuando las personas morían no iban a ningún lado, que no veían nada y que era el fin. Un sueño eterno del cual nunca iban a despertar. Que no existía un paraíso ni un infierno, y que la vida podía haber sido tanto su paraíso como su infierno. De la misma manera que uno no recuerda el momento exacto en que se quedó dormido la noche anterior, así pensaba que era la muerte, repentina, sigilosa, y sobre todo inoportuna. Pero no fue así. En cuanto morí logré ver una luz blanca muy intensa pero que no lastimaba la vista, cálida y que emitía paz y amor como nunca antes lo había sentido. Supe entonces que estaba muerto. Intenté ver mi cuerpo pero no tenía, era una pequeña luz que flotaba en el cielo celeste y que podía pensar, y sentir como si tuviera un cuerpo físico. El mundo espiritual era perfecto para descansar en la eternidad, una sensación de bien estar estaba presente en todos los rincones del cielo. Ahí viví un tiempo, pero recordaba mucho a Victoria y la extrañaba.  La luz me habló y me dijo que si deseaba volver a verla, y yo le pregunté si aquello era posible. 

-Como diste tu vida por la de ella, te podría dar ese privilegio -me explicó.

Le pregunté si él me había enviado aquellos sueños y me dijo que sí, pero que la decisión la tenía que tomar yo. La vida de Victoria estuvo en mis manos, no en las de él. Entonces acepté su oferta de volver a verla, pero me explicó que si volvía al mundo terrenal no podría regresar al cielo hasta que ella también se uniera conmigo. Regresaría en forma de su ángel guardián, y la tendría que mantener sana y salva hasta que le llegara su hora. Acepté nuevamente y me puso una última condición, no podía manifestarme con ella ni tratar de entablar ninguna comunicación. Pensé que estaba listo para cuidarla y verla sin que ella notara ni mi presencia, así que acepté.

El Amor A Través Del Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora