Empiezo a rendirme, empiezo a entender que no es la hora de ser feliz, no es la hora de ser amada, no importa cuánto me esfuerce es momento de no apegarme a nada y a nadie, con gran fuerza intento dejar mi luz encendida, de tener esperanza y fe. De ver detrás de esas máscaras que todos tenemos, quiero poder dar luz, poder ayudar, ya sea con poco o mucho. Las personas se asustan cuando lo notan y suelen esconderse.
Empiezo a darme por vencida, empiezo a ser vencida por la vida, a perder los sueños, esperanzas, mi bondad está muriendo y mi fuerza flaquea. No hay alimento que llené, ni sed que se pueda apaciguar, me encuentro en esta caja, en estas paredes que no me dejan salir.
Empiezo a rendirme, mi luz se está apagando y esta vez no sé si haré algo para que siga viva.
