27 de febrero 2016

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Hoy me desperté con Nick durmiendo junto a mi y aunque nunca se lo admita, me encantaba verla dormir. Ella era una chica guapísima y no lo digo solo porque es mi amiga, cualquier persona podría decir lo mismo. Pero lo más bonito que tenía era su personalidad.

Ella es un poco torpe, no tanto como yo, lo admito (aunque creo que lo mío es más bien mala suerte), pero aún así creo que lo es. Lo mejor es que no le importa un carajo. Para ella es todo tan fácil como eso; solo piensa en ella, en los chicos y en como conquistar el mundo. Además de un cabello rubio espectacular y unos hermosos ojos azules, mi amiga tenía un futuro brillante.

Muchas veces me pregunto ¿qué hace conmigo?, ella tranquilamente podría ser de las "chicas populares", tenía muchísimas citas, aunque nunca salía con los chicos del Instituto, esa era su regla. Su vida era como un secreto para los chicos de la escuela, por lo que ahí la trataban como una más; mientras que yo, yo directamente no existía para nadie, para nadie más que para ella... por eso es que la quiero tanto.

Se despertó de un sobresalto.

-Me estabas observando dormir ¿no es cierto "rara"?

- Jamás - dije con seguridad. - Vamos a desayunar.

- Kook... - respondió, mirando el reloj. - Creo que ya va siendo hora de almorzar, en realidad.

- Que así sea entonces... - grité - hoy es tarde de películas!!!.

La tarde de películas era como una especie de rito. Comenzó luego de la muerte de papá, Nick sabía que las películas siempre me animaron, así que cuando me ponía triste ella me abrazaba y gritaba en mi oído: - ¡¡hoy es tarde de películas!!!.- y eso siempre me hacía reír. Entonces un día encontramos una vieja caja, dentro del armario de mis padres, con una etiqueta con rotulador que ponía "películas caseras" y que irónicamente tenía una gran cantidad de películas en DVD's piratas. Nick decía que era una forma de acercarme a él, incluso ahora que no estaba, utilizar sus cosas, descubrir lo que guardaba. Tiempo después cuando estábamos en casa, solas, y una daba el grito de guerra, a la otra no le quedaba más que aceptar las órdenes, comprometiéndose así a ir por la caja de DVD's piratas de mi padre para luego elegir al azar lo que miraríamos.

Y así fue, para las 7 de la tarde ya habíamos visto una película romántica que tenía aproximadamente 200 años y "Buscando a Nemo".

Pero en cuanto íbamos a elegir la tercera, el teléfono sonó en el bolsillo de Nick. Era un mensaje de uno de sus pretendientes, invitándola a ir por un helado. Me miró.

- ¿No nos ibamos de fiesta en unas horas?- dije. Ya sabía como terminaría esto.

- Iremos!, es solo un rato, lo prometo. Además te doy tiempo de alistarte, paso por ti a las 11 y quiero que estés lista.- La fiesta no es nada cerca.

Suspiré, y asentí. 

Ella salió por la puerta luego de darme un fuerte abrazo y agitó la mano desde la ventana de su auto mientras se alejaba. Yo aproveché para darme una ducha, me lavé el cabello y me enjaboné de pies a cabeza. Metí la cabeza bajo el agua tibia y suspiré aún más, pensé en mi vida, en lo sola que me sentía, en todo los demonios que guardaba en mi interior. Salí de la ducha, cerré el agua y me paré frente al espejo. Me miré fijamente e intenté sonreír.

Me dije a mí misma que estaba bien, que esta fiesta me haría mejor; nadie iba a conocerme allí, podría empezar de cero. Guardarme todo y pasarla bien, sabes, a veces es mejor mantener tus problemas en secreto, porque para ser realistas, ¿a quién mierda le importa lo que te pasa?.

Me sequé el cabello y me puse el vestido negro que Nick me había recomendado para hoy. Me veía extraña, no me sentía yo y en definitiva eso era lo que necesitaba. Me observé de un lado y del otro; no estaba tan mal, mi cabello era castaño y liso, me llegaba casi hasta el final del busto, mi cara se veía un poco hinchada así que decidí dejarlo suelto. Tomé el delineador del fregadero y me hice una raya gruesa sobre los ojos, luego utilicé el labial más rojo que tenía. Me veía aún más extraña, parecía una especie de vampiro. En ese preciso momento comencé a reírme a carcajadas frente al espejo tratando de imitar una risa malvada de enemiga de telenovela. Y me causó tanta gracia que termine con un ataque de risa real.

Diario de almas perdidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora