Capítulo 4

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   Solté el oleo que tenía en la mano. Me sentía liberada. Frente a mí tenía un atardecer de colores suaves y vivos, igual al sentimiento que me irradiaba aquella poesía. El sol se escondía en el horizonte, listo para esconderse. A su alrededor el naranja y el amarillo trataban de alcanzar los tonos de violeta y rosa que se teñían entre sí. Acostumbro a pintar partes de poesías, cuentos, novelas, o incluso canciones, que no pueda sacarme de la cabeza. En el cielo recitaba lo siguiente:


                          "En mi cielo al crepúsculo eres como una nube,

                                            y tu color y forma son como yo los quiero..."  


   Pero algo no me dejaba disfrutar de mi libertad.   

   Un mes después, el mismo sueño me ha estado invadiendo constantemente. Todas las malditas noches tengo el mismo sueño, ya puedo recordarlo a la perfección. Soy de las que les gusta el género policíaco y la ciencia ficción, mi género preferido de libros, y me gusta relacionar todo con todo, pero a esto simplemente no le veo un sentido. Podría decir que el gato es la pureza, y sus ojos la impureza, pero el agua, ¿Qué significa? Me duele la cabeza, siento que voy a explotar, y con todo tengo que bajar la escalera sin caerme. Es una especie de desafío para mí. Cada paso que doy, me hace sentir más pesada, pero puedo llegar abajo. 

   –Voy a salir un rato– Avisé a mamá que está en la cocina preparando la cena.  Suerte que no me vio, porque ella sabe cuando me siento mal. Voy a tomar un helado, es posible que estemos a mitad de invierno, y que el helado me congele la garganta, pero me ayuda a aclarar mis pensamientos. La cabeza me da vueltas y apenas puedo caminar, así que me haría bien.

   Cuando salí la luz me cegó. Cerré los ojos por unos momentos y cuando al fin podía mantenerlos abiertos, vi a  Ashton caminando a la plaza, otra vez. Vive cerca de mi casa, o eso parece, y a esta hora acostumbra a caminar a la plaza, a veces lo veo por la ventana en frente de mi escritorio. Lo salude, pero no me vio, parecía cansado, sumido en sus pensamientos sin conciencia de su alrededor. Más o menos como yo, todos los días. 

    Al contrario de como hubiera hecho hace solo unas semanas, me acerque a él. Desde que apareció en la escuela, ha estado yendo a la biblioteca todos los días, y ya sabe leer muy bien, aunque lo haga un poco lento. El chico se ganó mi simpatía, no es tan ruidoso como yo hubiera pensado, y no le molesta que me quede mirándolo. 

   –Hola– tampoco me escuchó, entonces me acerque –¿Estás bien?– Ashton reacciono de repente, pero no se sorprendió al verme, sino que reunió fuerzas y sonrió.

   –Sí, estoy bien, no pasa nada– Mentía, pude verlo en sus ojos, como ese verde claro, se convertía en un verde musgoso y oscuro, aunque por alguna razón no lograba perder su encanto –¿A dónde vas tan tarde?

   Me acabo de dar cuenta que son como las 10:00 pm, le voy a llevar algo de helado a mamá. Vivo sola con mi mamá, bueno, desde que Emma no está, pero viene en el verano. Nunca nadie me hablo de mi papá. No es que me importe mucho tampoco, soy feliz así. Imaginó que dejó a mamá o algo por el estilo. ¿Qué me había preguntado Ashton?

   –Yo voy al parque. 

   –Voy con vos. La heladería está de paso.  

   Fuimos a tomar un helado, yo frutilla y menta, el simplemente chocolate. Después fuimos al parque, y nos sentamos al borde de la fuente. Ashton es un chico simple que parece no esconder nada, pero estoy segura de que algo esconde, lo sé. Mira para abajo, rodea con sus dedos una piedra celeste pastel, sujetada a una cadena plateada. Se hacía un remolino en ella, mezclando distintos tonos del color. Es hermoso. Ahora era Ashton el que estaba dentro de sus pensamientos, ya se le estaba derritiendo el helado.

   –Ashton, se te derrite el helado.

   –¿Eh?– Despertó repentinamente, algo asustado –Ah, sí, no, digo... Estaba pensando en otra cosa.

   –¿De verdad estás bien?– El helado me ayuda, ya puedo pensar claramente. 

   –Sí, si– Estaba más raro todavía, algo le debe de pasar. 

   Terminamos el helado en silencio. Ashton había estado perdiendo esas ganas de hablar constantes que eran parte de él cuando estaba conmigo, aunque siempre trataba de sacar tema de conversación. Esta vez ni siquiera intentó.

   –Es tarde y me tengo que ir- Ashton asintió.

   –Nos vemos el lunes- Dijo suavemente. Le compre helado a mi mamá y me fui caminando a casa. Ashton seguía sentado, mirando el extraño collar. 


   Lunes.  Siento que el mundo es como un bate de béisbol y yo como una pelota, estamos en una práctica que nunca se termina y como batea el mundo, algún día va ser jugador profesional, se los aseguro.

   Ashton no fue a la escuela hoy, así que en el recreo estuve a solas con Anne, como antes. Es gracioso lo molesta que puede ser en días como estos, aunque lo sea todo el tiempo. No se confundan, la quiero mucho, pero es insoportable.

   Nos dieron como tres páginas de tarea en historia, y ya termine todo. Como dije antes, mi hermana era demasiado buena para todo lo que sea ciencias y ecuaciones, yo prefiero literatura e historia. No es que me encante, pero por lo menos me interesa. 

   De repente me llaman a dirección, no es algo usual, pero confío en que debe de ser por algún papel que no entregue, siempre me olvido de esas cosas, aunque suele decírmelo el preceptor.

   Cuando llegue estaba Emily, seriamente me estoy cansando de esta chica.

   –Señorita Steilers, siéntese por favor- ¿Y ahora qué? Solo estuve dos veces acá, y no fueron nada lindas. La primera vez fue cuando vine con mi mamá a hacer la inscripción, y el director no me sacaba la vista de encima, me hicieron un examen de nivelación, hasta que dijeron que tenía ya un lugar y nos pudimos ir. La segunda vez fue cuando me llamaron a la sala del psicólogo. Pensaron que tenía problemas con mis compañeros, me hicieron un montón de preguntas, la mayoría no las  respondí, y me dijeron que cualquier cosa les diga. Que ganas de meterse en la vida de los demás.

   Esta vez la cara de director se mostraba más severa, aunque su cara era muy dura como para mostrar algo definitivo. Miro a Emily y ella asintió, parecían los típicos cómplices de las películas, solo que se que las intenciones del director no son malas.

   –La señorita Jinger me ha informado que han roto varias de sus hojas de estudio y trabajos solo por diversión -Emily agitaba algunas hojas rotas y pisoteadas como si fuera los más gracioso del mundo- Quisiera saber ¿Tenías alguna idea de esto? -Negué con la cabeza- Pues ella afirma lo contrario, y además me ha mostrado que la gran mayoría de las hojas contienen comentarios realmente muy groseros que coinciden perfectamente con tu letra - Odio la forma de hablar del director, te hace desconfiar de él -Pero no estoy completamente satisfecho con estas pruebas ¿Traes tu mochila contigo?

   –Si– ¿Tanto trabajo se había tomado Emily por mí? No pensé que iba a ser para tanto, si se llega a salir con la suya, voy a tener que escribir esas hojas de vuelta –Aunque no creo que encuentre nada interesante ahí- Le di la mochila al director y este se puso a revisar mis carpetas hasta que dio con unas cuantas hojas rotas y pisoteadas de la misma forma que las otras. Perfecto. Emily es la favorita de los profesores, y suele usarlo a su favor.  ¿Como es que se las arreglo para conseguir mi mochila? 

   –Estoy muy sorprendido con su conducta señorita Steilers, va a tener que rehacer el trabajo que usted misma arruinó, y voy a contactarme con sus padres. ¿Alguno de los dos está en casa?

   –Mi mamá está trabajando. 

   –¿Y qué hay de su padre?

   –No tengo uno. – Le dije simplemente. 

   El director dijo que llamaría más tarde a mi casa, y nos echo a las dos de la oficina.

Nuestro Cielo [PAUSADA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora