Capítulo 7

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¿La... muerte? Me quede paralizada, sin saber que hacer o decir.

¿Estoy muerta? No, no lo creo. ¿O sí? Aunque podría existir la posibilidad, me siento tranquila, una tranquilidad perturbante.

Esperen, ¿Ashton me... mató? No, eso tampoco, él está aquí conmigo. ¿Y si morimos los dos? Miré a Emily, que seguía en el piso ¿Los tres?

Miré a quién decía ser la muerte, con una mirada interrogante. No podía estar mintiendo, sus ojos reían incontroladamente, pero no se trataba de una broma. Esos ojos me penetraban como si nada, entraban en mí sin pedir permiso. Eso me inquietaba, pero yo seguía tranquila, y eso, me asustaba, pero no lo hacía. Era lo más raro que me había pasado en la vida, contando el portal de nubes en el que acababa de estar. Todas aquellas emociones que tenía se sentían más como una suave sensación, y aún así allí estaban. Lo que me abundaba era la tranquilidad.

Me plantee. Siempre pensé en la muerte como el nombre que se le da a lo que sería escapar de la vida, perderla. Nunca pensé en la muerte como un cuerpo, como algo que puede hacer sus propias acciones, como un ser vivo.

La chica, "La muerte", se rio un poco.

-No te preocupes querida, no estás muerta- dijo como si pudiera leer mis pensamientos- Aunque tu gente no se equivoca del todo. Veras, la vida no termina donde tú piensas, ni tampoco sigue como lo creen algunas religiones en la tierra. - Hizo una pausa y se acomodó una mecha, con la perfecta forma de su rostro, detrás de su oreja -Ya te enteraras de que está pasando, pero ya que te revelé mi identidad- deja su boca en paz por un momento, aunque depositando una gran sonrisa en ella- Dime pequeña, ¿Quién eres tú?

Sin duda ella parecía menor que yo, pero omití eso, y aunque tengo un montón de preguntas por hacer, las calle.

-Nataly.

Escuche una pequeña risita de parte de Ashton, recordándolo bien, me presente ante él de la misma manera.

La muerte, por cierto que incomodo que es llamarla de esa manera, no se distrajo con él, y mantuvo su mirada en mí.

- ¿Eso es todo lo que sabes de ti?

No sabía muy bien que responder. Cuando me presento a alguien no se me suele decir eso, podría ser porque nunca me presento a nadie.

-Creo que lo demás es personal. No suelo darle información a extraños.

-Ah, pero yo no soy un extraño, ¿Lo soy para ti?

Dude por unos instantes.

-No lo eres, eres muy famosa, diría yo. Pero entonces me tocaría preguntar a mí. ¿Me firmas un autógrafo?

La muerte no abandonaba su sonrisa.

-Pues, la forma de verme allí abajo es muy distinta de la que tienes enfrente. A veces pienso que es graciosa esa figura que tienen en mente, de un esqueleto en túnica negra cargando con una oz. ¿Sabes? sería un fastidio tener que cargar con una de esas. - chistó - Tengo en cuenta que no sería común que cuando un humano piense en la muerte, pensaría en una niña con el pelo rojo.-Agarró el final de su trenza y comenzó a jugar con ella -Pero aún así me pregunto, ¿Porque me imaginan de esa forma?

Creo que la figura de un esqueleto se le da a la muerte porque, bueno, es eso, la muerte. Y la oz podría ser el objeto con el que alma es arrancada del cuerpo, o, podría ser mágica, y crearía un portal al inframundo. O mejor aún, ambas. La pregunta me dejó pensando en otras.

-¿Cómo es que puedes tener forma? No tendría sentido si la muerte estaría viva, ¿verdad? - Liberé mis pensamientos involuntariamente.

-¿Cuestionas lo que tus hermosos ojos son capaces de mostrarte? Pensé que era más inteligente, Nataly querida. Dime, ¿Que ves?-Dejó su trenza, y se acercó un paso a mí, extendiendo sus manos como si fuera a abrazarme. Fui atrapada instantáneamente, despojada de mi respiración, sus ojos incoloros no dejaban espacio en mi para el aire.

Y volvió a mí, esa sensación que tuve al ver la estatua de la niña sin ojos. Tiene la apariencia de una niña de 14 años, inocente pero traviesa. Si antes no era capaz de cerrar la boca, ahora soy incapaz de abrirla. No podría aguantar ni un minuto así.

Se alejó de golpe, y tome una brusca bocanada de aire, tratando de recuperar el que había perdido. Ella se limitó a cerrar los ojos y sonreír. Me recorrió una sensación de que la muerte en frente de mí era alguien malvada, pero, como mis emociones, era sólo eso, una sensación. La tranquilidad apareció de vuelta una vez hubo hecho un paso atrás, volviendo a la posición que se encontraba en un principio. La sentía realmente malvada, pero no podía evitar pensar con todo el resto de mí que era alguien a quien podrías confiarle incluso tu vida. Y aquí, seguimos hablando de la muerte.

-Mi nombre es Navi, bienvenida a mi mundo, Nataly.

¿Su mundo?

-Creo que tengo que marchar ya, la charla se ha extendido demasiado - Dio dos palmas y, como si el paisaje anterior nunca hubiese existido, nos encontramos en un gran vacío, no se veía nada, ya que todo era blanco. Nos juntaremos en otra ocasión, pequeña criatura, mientras tanto, el encantador ojos se termh cuidara de ti- dio una rápida mirada a Emily y luego se dirigió a Ashton- No creas que te voy a perdonar, ten en cuenta que a ti también te veré muy pronto.

Y sin más volteó y se fue tranquilamente, desapareciendo poco a poco.

De pronto escuché un grito agudo a mis espaldas y me di la vuelta. Emily estaba despierta, y tenía una cara de susto bastante graciosa, hasta que empezó a respirar agitadamente y mirar para todos lados.

-No otra vez, no otra vez, no otra vez...- Al instante fue Ashton a calmarla.

-Tranquila, no hay nada que temer, no estás sola- Ashton la agarra de los hombros y la mira hasta que ella deja de sacudir su cabeza. Lo mira y tiene una mirada ausente, parece adoptar una actitud completamente distinta a la que tenía antes, abraza a Ashton y se quedan ahí por un rato.

No puedo dejar de mirarlos. Me pregunto si sería lindo tener a alguien que te abrace cuando te sientas mal, y saber que siempre estará si llegara a pasar. Me acordé de mi hermana, y me entraron ganas de llorar.

Me pregunto cómo se sentirá no guardarse todo para una misma.

Nuestro Cielo [PAUSADA Y EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora