Corazones helados

Preludio

(8 meses atrás)

-Gunilda, por favor... No lo hagas...

Te lo ruego... No lo borres de mi memoria...

Creo que lo am...

-Arturo, sabes demasiado. La información que contienes podría causar daños irreversibles en el futuro, no me queda más opción...

-¡¿PERO POR QUÉ?! NO LE DIRÉ NADA A NADIE, POR FAVOR, NI SIQUIERA SÉ QUIÉN ES A...

Gunilda usó sus poderes para borrar la memoria de Arturo de los últimos 4 meses que había pasado en Groenlandia, la bofetada mística que le dio lo dejó inconsciente, y sus recuerdos se disiparon por la habitación, Gunilda logró recolectarlos en un pequeño frasco de vidrio que le confió a Khal Anthony, en ese entonces sólo llamado Antóni.

-Necesito que cuides esto. A toda costa. Lo que sucederá en los próximos meses depende enteramente de que Arturo no recuerde nada de lo ocurrido. ¿Me entiendes?

Antóni asintió cabizbajo. Intentaba no mostrarse roto, su devoción a Gunilda era inmensa

Pero su corazón estaba quebrantado.

-Sé que estás algo triste, pero no estarás sólo. Te he conseguido compañía.

Gunilda le entregó a Antóni un cachorro muy pequeño.

-Un... ¿Un perro?

-Sí Antóni. Debes cuidarlo. Se llama Avogaro.