Capítulo 22

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Oliver

Después de una semana, presenté el examen y saqué los papeles y requisitos necesarios para reanudar mis estudios. No era una persona vaga, por lo que no pensaba quedarme en casa lavando y planchando, no, iba a cumplir mi sueño de ser psiquiatra y ayudar a las personas. Nunca pasé por algo específico para que quisiera estudiar dicha carrera, pero siempre me interesó.

—Oliveeer, sal rápido—gritó Chris desde la puerta—Luciana no tardará en llegar.

Me apresuré a salir y tomé nuestros almuerzos. El de Chris iba en una bolsa de papel (decorada por mi) pues según él era más práctico y no se encartaba demás como yo, con mi pequeña maleta para almuerzo.
Si bien iba a ser un poco difícil tener que despertar más temprano para hacer el desayuno y preparar nuestros almuerzos, sentía que lo valía y tenía que esforzarme al máximo.

Tomé a Chris de la mano y le di un beso, indicándole que ya podíamos dirigirnos al punto de encuentro con Luciana. Habíamos acordado en que iría con ellos, pues el instituto quedaba de paso, aunque para mi mala suerte, lejos de Chris.

—Holaaaa—gritó Lucí desde su auto

Le sonreí y ambos subimos al auto, nos terminamos de saludar formalmente mientras charlábamos sobre cualquier tema. Sinceramente no presté mucha atención, pues mi estómago era un desastre y mi mente solo me hacía pensar en situaciones tormentosas o vergonzosas que podrían pasarme en él instituto. Hacía un buen tiempo que no pasaba horas sentado, escuchando a alguien, tomando apunte y aprendiendo a convivir con otras cuantas personas y sobre todo, ser privado de una libertad. En París no hice ni aprendí mucho, además de que no conocía el idioma para nada y me sería imposible estudiar, ni siquiera podía entablar una conversación básica, simplemente no sabía nada y estaba desganado, cosa que mi madre con mucha tristeza aceptó, aunque para entonces no sabía cómo se sentía al respecto.

—Amor, ¿estás bien?—me preguntó Chris con una mirada intranquila—¿Pasa algo?

Me di cuenta que al estar perdido entre mis preocupaciones y pensamientos, seguramente los había estado ignorando todo el trayecto.

—Sí, sí—respondí suspirando. Luciana me miró por el retrovisor—Solo...ya sabes, es algo raro para mi—reí nervioso.

Poco a poco el camino se me hizo aún más conocido y sentía que iba a vomitar. Los nervios eran como pequeñas agujas chuzando cada parte de mí y la piel me ardía.

—Bien, llegamos.

Tragué saliva y miré por la ventana, tomé mi mochila y mi almuerzo y le di un beso en la mejilla a Luciana.

—Gracias Lucí, te veo más rato.

—De nada cariño—sonrió ella—Nos vemos, y mucha mucha suerte hoy.

Le sonreí y asentí con la cabeza. Me bajé del auto y Chris me siguió hasta la entrada.

—Sé que te irá muy bien—me miró con ternura—confío plenamente en ti, de verdad, eres lo mejor—me besó—Que te vaya muy bien mi vida.

Me abrazó muy fuerte y me dio un último beso. Me dejó ir y se quedó ahí parado hasta que me perdí de su vista, y él de la mía.

Suspiré, aún con los nervios dominando mi cuerpo. Mi respiración era irregular y sentía que todos me miraban. ¿Acaso me habían visto con Chris? De igual forma, no me importaba. Mejor que supieran que era suyo.

¿Donde estas? (Yaoi-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora