El escritor y el diablo

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Sobre avenida Ébano existe un complejo de apartamentos. Durante la madrugada, los inquilinos en el tercer piso comenzaron a notar la presencia de humo en el pasillo.

De inmediato salieron de sus habitaciones temerosos de un posible incendio. Una vez fuera se percataron de que el humo había desaparecido y todo parecía haber vuelto a la normalidad exceptuando por un terrible y penetrante olor proveniente del apartamento al final del pasillo.

Bob, el dueño de los apartamentos y quien era particularmente iracundo, fue de inmediato al lugar y toco la puerta en busca de una explicación a lo ocurrido, no obtuvo respuesta.

Ya antes había tenido problemas con el hombre que vivía ahí, un escritor en sus treintas que a menudo se retrasaba en el pago de la renta.

Bob intentó ingresar al apartamento pero de inmediato se percató de que el picaporte estaba caliente, por lo que echo abajo la puerta. Revelando en el proceso una escena tan sorprende como mórbida.

El lugar se hallaba repleto de humo, muestra de un gran incendio, y sin embargo los muebles parecían estar intactos.

Después de una breve investigación Bob encontró la fuente de aquel humo: La cama, la cual estaba completamente calcinada, al igual que la persona que allí dormía.

El fuego que se produjo en aquel lugar había sido tan intenso que había reducido a cenizas su cuerpo a excepción de los pies, los cuales increíblemente habían quedado intactos.

Ante esto, Bob de inmediato llamó a la policía. Cuando estos arribaron al lugar catalogaron lo ocurrido como un infortunado accidente, así, sin mas. Nunca explicaron el porque únicamente la cama había sido afectada durante el incendio ni que lo había ocasionado en primer lugar.

 Nunca explicaron el porque únicamente la cama había sido afectada durante el incendio ni que lo había ocasionado en primer lugar

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La niña de porcelana y otros cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora