Mi reloj marca mi hora de salida pero espero unos minutos a Axel. Veo a lo lejos su figura acercarse.
-¿Lista?- pregunta. Asomando su cabeza por la puerta de mi oficina.
- Sí, espera un segundo- guardo en mi cartera el celular y unas cuantas carpetas para ponerme en marcha.
Axel mantiene su espalda recta, con su brazo estirado para que lo tome, con cuidado coloco mi mano y empezamos a caminar.
- No me digas que estas jugando a esto de ser un caballero - entramos en el ascensor.
- Yo siempre soy un caballero, cuento con modales - mueve sus cejas con coquetería.
-¿Esos modales son los que te llevan a besuquearte donde todos pueden verte? - ríe divertido.
- No sé a qué te refieres- su rostro continúa impasible.
-A tu conquista de ayer, después del juicio- ventajosamente después de mi estúpida huída, Lari se quedó un rato más y me contó con lujo de detalles por un largo mensaje de WhatsApp.
-¿Celosa?-
-Lógicamente - me encargo de enfatizar la palabra para después de largos segundos continuar - NO-
- Tenía cierta esperanza -
-Pierdela - suspiro pensando en callarme antes que todo mi trabajo se vaya a la basura.
- No me rindo fácilmente - susurra muy cerca de mi oído, me dejo llevar por el color de sus ojos, ni siquiera noté que llegamos a su auto.
Abre la puerta del copiloto para que pueda pasar.
-Vine en mi auto-
- Manera de arruinar un momento, segunda parte -
-¿Cuál fue la primera?- pongo los ojos en blanco.
-Cuando huiste como Cenicienta en el bar -
-Supera ciertas cosas campeón-
Levanta sus manos para pasarlas por su cabello, está mañana estaba muy bien peinado pero ahora se alborota un poco por el movimiento, lo que hace que las ondulaciones se posen en su frente.
- No me llames así, no soy un niño-
- Lo pareces, campeón- lo digo tan despacio para poder ver como la sorpresa pasa por su rostro pero inmediatamente se transforma en una sonrisa ladeada.
-Está bien, este niño quiere probar un punto - abro mucho mis ojos cuando su brazo se posa en mi cintura para pegar su cuerpo con el mío.
Mi espalda choca con delicadeza en el auto, siento como su respiración se mezcla con la mía, me deleito una vez más de la maravillosa mezcla de verde que tienen sus ojos, me concentro en detallar cada color que no puedo prevenir cuando sus labios se posan sobre los míos.
Cierro mis ojos por la increíble sensación de sus labios moviéndose contra los míos, mis manos están poniendo una barrera en su pecho, Axel sin romper el beso toma mis muñecas y las pasa alrededor de su cuello, tan pronto lo hace se aferra a mi cuerpo presionando un poco más contra su carro. Suspiro, nunca había sentido algo tan especial. Mis ojos se abren un poco y me sobresalto al ver a Jack, rompo el beso para deslizarme al auto y cerrar la puerta.
Le hago señas a Axel para que se apure pero es algo tarde, una mano está en su hombro. El arregla su traje para dar la vuelta mientras yo me quiero morir o pido que la tierra se abra mágicamente para que me trague.
Jack dice algo que no logro descifrar. Pero Axel en ningún momento pierdo su postura.
-La llevo a casa - dice Axel con convicción.
-Vino en auto, Axel -
- No arranca, papá-
- No quiero a otra de mis abogadas fuera de la empresa por un corazón roto, estás advertido- esto se lo susurra pero logro escucharlo a la perfección. ¡Todo es por Haley! Repito un millón de veces.
- No hago nada malo, papá - lo dice aún más bajo - Su auto no arranca, mañana debes llamar a un mecánico-
-Eres tan considerado ¿Qué tal si lo haces tú? -
-Cuenta con ello, hasta mañana-
-¿Vas a venir mañana?-
-Soy socio ¿No? -
-Como sea - hace un gesto haciéndole saber que no le interesa y retoma su camino.
Axel sube, dirige su mirada hacia mi confirmando que aún no he perdido la cordura y enciende el motor, todo es muy silencioso hasta que decido hablar.
-Tienes encantó de abogado-
-¡Auch! - finge estar ofendido - No lo vuelvas a repetir - mueve con exageración su cuerpo como si la idea le provocara escalofríos - ¡No lo hagas!
Golpeó su brazo para luego fulminarlo con la mirada.
-¿Qué?- luce confundido pero me encargo de darle mi peor mirada, el gesto lo hace reír.
- Recuerdo que eres abogada Maddy, no hace falta matarme-
- Si lo hago nadie lo notaría-
- Por supuesto que sí, soy muy necesario en el mundo -
-No lo eres y sólo hay una razón-
- ¿Cuál? - me mira divertido
- No eres abogado- me da una bonita sonrisa.
- Deja de llenar esa linda boca con elogios a tu profesión- estaciona en una cafetería elegante -háblame de ti - me remuevo incómoda.
- Claro pero tenemos que entrar - señalo a la cafetería.
- No me olvidé de esa parte-
Sale corriendo, da la vuelta y a los segundos mi puerta es abierta. Extiende su mano con delicadeza esperando que la tome. Axel me tiene ligeramente sorprendida, entonces recuerdo que he tratado con criminales con rostros hermosos y modales de primera. Personas inocentes siendo juzgadas por no tener educación. Las apariencias engañan.
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Dulce Venganza
RomanceLa venganza, una palabra que anuncia la destrucción, la llegada de la maldad, la condena eterna. Tal vez sea cierto, pueda que todos digan la verdad al respecto, pero de la misma forma nadie me ha asegurado a mí que esta venganza no logre darme la p...