Capítulo 10: Amenaza

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No estoy furiosa, la palabra se queda corta para lo que siento en este momento. Aprieto mis manos en puños para no dejar ir palabrotas a toda persona que se me cruza mientras voy a la sala de reuniones, una vez que llego allí empujo la puerta haciendo que choque con la pared y sienta miedo de ver el vidrio posiblemente trizado. Me detengo y respiro hondo antes de dirigirme como una fiera a la gran mesa en el centro, todos tienen la mirada en mi.

Levanto el papel en mis manos y veo al abogado frente a mí.

-¿Qué significa esto grandísimo idiota? - mi mano choca contra la mesa. Logan se sobresalta por mi reacción, le envió una mirada de disculpa.

-Tan profesional como siempre - me regala una sonrisa ladeada el imbécil que no recuerdo como se hace llamar.

- No es justo, todas las pruebas fueron presentadas-

-Maddy, Maddy- mantiene esa sonrisa malévola -Hay un nuevo testigo-

Entrecierro mis ojos hacia él- Que seguramente tus clientes pagaron- levanta las manos al tiempo que una carcajada inunda la sala

- No busques en los escombros abogadita de quinta- el delincuente que hace apenas días estaba preso entra con una sonrisa bien preparada, todo parece tan salido de película que si pudiera golpearlo hasta dejarlo en el hospital sin ir presa lo haría con gusto -Logan - lo saluda e inmediatamente se tensa.

- Mi cliente no va a dirigirse a usted por seguridad- digo con voz firme

-Tranquila vine de manera pacífica, pero el no debía estar aquí-

- No le veo porque- Se encogió de hombros.

- El caso se complicaría más-Suspiré pensando en lo mejor para Logan.

-Logan puedes esperarme en mi oficina, la conoces- él asintió y se fue sin decir una sola palabra.

- Ahora dime ¿Para qué la reunión?- mire los ojos de la rata con título de abogado - lograste apelar, aceptaron la petición ¿Qué deseas conmigo o mi cliente?

-Renuncia al caso- dijo las palabras como si diera por hecho que mi respuesta sería afirmativa.

- No, fin de la reunión-

Pero el hombre a su lado junto sus dedos a modo de intimidarme, lamento decirles. No lo logró, ya he tratado con idiotas como él.

-Abogada, le recomiendo seguir la sugerencia caso contrario podría - movio su muñeca en forma circular para encontrar la palabra adecuada - traer ¿consecuencias? Sabe a lo que me refiero -

-y yo le recuerdo a usted - apoye mis palmas en la mesa- que su caso se encuentra en pie, no juegue conmigo esto podría aumentar sus años de prisión. Nos vemos en la audiencia- tomé el papel de aviso que está mañana estaba en mi escritorio y la analicé con los ojos entrecerrados hasta dar con lo que necesitaba - Sí, un mes. Señores - Hice una ridícula reverencia para dar media vuelta y retirarme.

Mi respiración se agita al son de mis pasos, no puedo derrumbarme con amenazas sin fundamentos, la ley está de mi parte. Aquel pensamiento se queda haciendo eco en mi cabeza, un eco que no desapareció porque algo no encajaba.

Llegué a mi oficina donde Logan movía su pierna con nerviosismo, su mamá ya estaba allí, llorando inconsolable.

-Disculpen un momento- recibí un asentimiento lleno de tristeza.

Caminé en dirección del cuarto de baño ¡No podía ser cierto! Esto era muy riesgoso, un sollozo escapó de mi garganta pensando en las consecuencias que tendría ese niño inocente si iba a la cárcel.

No soy capaz de dar muchos pasos para derrumbarme, apoyo mi peso con las manos en el tocador, mi cabello cae escondiendo mi rostro lo que agradezco, siento el temblor de mi cuerpo y me siento tentada con la idea de gritar mientras golpeo lo que se me cruce.

-¿Maddy?- mis sentidos se cerraron de inmediato al escuchar la voz de Axel, dio un paso hacia mí -¿Qué pasa?-

- Deja de seguirme, acosador- le miro con rabia el solamente levanta sus manos.

- Lo lamento solo te vi pasar, estabas muy alterada y creí que podía ayudar-

Suspiré intentando calmarme pero no sé trataba de una tarea facil. Estaba buscando palabras para enviarlo por dónde vino pero él simplemente se acercó con dulzura para envolver sus brazos en mi cintura, yo copie su movimiento colocando mis manos en su cuello.

Lloré contra su pecho y su mano acariciaba mi cabello.

- No puedo perder este caso, Axel- limpié mis ojos con mi mano.

- ¿Papá te despedirá? - sus ojos se volvieron oscuros - No lo voy permitir,  recuerda que soy socio - me guiñó antes de besar mi frente.

- No es eso - negué colocando una mano en mi cabeza porque empezaba a dolerme un poco - seguro has escuchado del caso Logan-

- Por supuesto, es muy sonado en la prensa. ¡Ganaste!- solté la respiración que no sabía estaba conteniendo.

-Apelaron- moví de un lado a otro mi cabeza y señalé mi pecho - acaban de amenazarme si no renuncio-

Sus ojos se abrieron de par en par pero me acomodó en sus brazos nuevamente. Me traía una tranquilidad sorprendente.

-¿Vas a denunciarlo? -

- Si lo hago terminará mal-

-Nadie te hará daño - tomó mi rostro en sus manos - seré tu guardaespaldas - besó mi cabeza

- No podrías hacer nada- le dije con un hilo de voz, soltó un carcajada.

-Lo intentaré. ¿Está bien? Tu niña hermosa te necesita-

Lo miré con incredulidad - Solo la viste un día-

-Hay algo en ella que... - mis ojos se abren, no dejo que termine.

-Tengo que irme- salgo corriendo, pero escucho su risa tras de mi.

- Eres bastante rara -

-Gracias por el cumplido pero ahora tengo clientes- grité de regreso.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora