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Suspiré.
Mire el cielo y por primera vez supe lo que era estar tranquila con uno mismo, mire mis pies y mis zapatos rosas eran más negros que rosados, metí mis manos al chaleco...

–¿Enserio quieres hacer esto?– me pregunté...–

–No se...–

Camine y vi pasar el auto de Jungkook, el plan iba bien, seguí caminando.








–¿Y ahora?– le pregunte a Hoseok–

–Iré yo con él, quédate aquí...–

–Odio este departamento–

–Por lo menos vives debajo de algo– salió y me dejo ahí, en medio mirando la puerta por unos muy pocos minutos, camine a la puerta trasera y la cerré, cerré cada ventana y cada puerta que diera a la calle. Me senté en un sillón y mire los boletos que me había devuelto.

–¿Por qué?–

–Porque si– gire mi cabeza y ahí estaba ella mirándome–

–¿Cómo entraste?–

–Sabía que te vendrías aquí–

–Ja–

–¿Estoy segura de esto?– sacó un arma de su abrigo–

–No se, te dejaste llevar, estas perdida... siempre lo estuviste–

–¿Está bien que haga esto?–

–Claudia, yo no se eso, eres tú quien te controla, ten control de ti mierda– quito el seguro.

–Mis problemas se resolverán–

–No, no, solo estarás evitándolos y eso no está bien–

Empezó a llorar.

–¿Estás bien?– le pregunte

–¡Cierra la puta boca!–

Era un mar de lagrimas.

–Claudia... dime, ¿qué tienes? ¿Te puedo ayudad?–

–¡¡¡Que cierres tu puta perra suicida boca de mierda!!!–

¡Pum!

Un sonido no muy peculiar se escucho, después de eso mi mirada se fue y solo escuche el chillido más desgarrador que alguna vez pude escuchar.


Jungkook.

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