| XV: ATANDO CABOS: PARTE I |

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Mierda, debo apresurarme con esta historia...
Este capítulo va dedicado a arroba MarScruse-O11CE- :v que siempre está presente en mis historias y aprecia mi buen trabajo UwUr
Al igual que para boruto97 y ilse897 que han seguido mi trabajo con mucha paciencia y comprensión, se irán al cielo con zapatos. <3
Y para Coocky_Gay (que creo que ya le había dedicado un capítulo, no recuerdo xd) que recuerdo que siempre me andaba comentando mis capítulos, también te irás al cielo con zapatos. <3
Gracias por su paciencia y comprensión, la cual merecen TODOS TODITOS los ESCRITORES de cualquier plataforma, porque nosotros tenemos una vida y ocupaciones, no siempre andamos al pedo con todo lo que sucede aquí en Wattpad.
Decidí partirme el ano escribiendo un capítulo digno de ser leído, volviendo al suspenso (? y a nuevas incógnitas. Me gustaría que compartieran la historia pa' revivirla ahre.

Zoe

—¿Para qué me querés? —preguntó Martina—, ¿y por qué tenía que verte aquí en la comisaría?

—Porque lo que te voy a decir te va a interesar más de lo que crees —respondió determinada.

—¿Y por qué me interesaría? —dijo a la defensiva.

—Porque yo estoy incluido —contestó alguien a sus espaldas.

—¡Qué te pasó en la cara, Lorenzo? —preguntó vehemente, espantada por lo que veía.

—De eso justamente vamos a hablar —Zoe la guió hacia una de las sillas que estaba ahí.

[...]

—¿Y cómo piensan que les voy a ayudar? —preguntó Martina al terminar de escuchar todo.

—Necesitamos que en primer lugar, nos ayudes a buscar a Ricky, Dedé, Ezequiel, Alejandro y Ciro —respondió Zoe.

—Y después que nos ayudes a convencer a Camilo de que nos dé los verdaderos vídeos de las cámaras de seguridad que tiene Amadeo —agregó Lorenzo.

—¿Y qué obtengo yo a cambio? —dijo arrogante.

—Que yo no le diga a Marcela todo lo que has hecho, empezando por la vez que encerraste a Celeste en el baño —amenazó Zoe.

—Y que yo no vaya con Isabel a decirle las demás cosas de las que Zoe ni las demás se han dado cuenta —añadió Lorenzo.

–Espera, ¿qué?

—Callate, Zoe —espetó Martina, quién con el ceño fruncido decidió aceptar—, de acuerdo. Pero no será nada fácil.

—Por eso debemos poner manos a la obra —dijo Martina—. Primero tenemos que irnos, necesitamos ir al IAD.

—Sí, vámonos —ordenó el mexicano.

Lorenzo se dispuso a irse, hasta que Zoe le tomó del brazo. —¿No te acordás que debemos esperar a Felipe? Recuerda que él sigue en el interrogatorio.

—No podemos esperarlo todo el día —Lorenzo se talló los ojos, tenía tanto sueño como ella—, tú quédate aquí y esperalo, cuando salgan van para el IAD a encontrarnos. Y llámame al celular de Martina.

Misterio en el IAD • TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora