"Luz de esperanza ¿Dónde estás?
Ven a iluminar esta inmensa oscuridad...
No nos dejes rendirnos ahora...
No nos dejes caer a este abismo..."
Comenzó a llover muy fuerte, una característica típica de este mes, por eso sabía la llegada de octubre. Siempre para esa temporada eran las más iluminadas noches de luna. Un ambiente de incertidumbre me envolvía llenándome en pánico. La veía a ella, débil, en sus últimos suspiros de vida...la única esperanza era Anayra, solo ella podría salvar a mi esposa del llamado lúgubre. De la muerte que acechaba como león esperando a su presa. Incluso mi imaginación me sentir su presencia, sentía los pasos de la muerte podía escucharle susurrar "El final se acerca"...Podía oír rechinidos en las ventanas, golpes en la puerta como arañazos... solo deseaba que no fuesen un augurio del infortunio.
Mientras tanto, en medio de la incesante tormenta, Anayra se acercaba a tomar aquella flor de la salvación. Se inclinó hacia ella y recitó palabras de una lengua desconocida, como si recitase alguna alabanza o cántico especial, entablando una conversación directa con la madre naturaleza. Tanto la flor como ella resplandecían de una manera inefable. Quizá fue una señal de la entrega de aquella flor como regalo de la conexión con lo natural. Si algo caracterizó Anayra siempre era ese poder que tenía para hablarle a la madre de la naturaleza, con el sol y luna. Y como ella decía: Los rayos sol y el arcoíris son los que aparecen después para anunciar el fin de la tormenta, y luna la esperanza de la noche...
Anayra tomó la flor, y se puso en camino de regreso, sabía que tendría que darse prisa, y no podía tomar el camino principal, si fuese por allí la llevarían presa y tanto Carmen como Isabel morirían, así que decidió tomar un atajo especial, por un lugar misterioso que solo ella conocía, dónde también surgían leyendas en cuanto la conexión de mundos y la posible salvación...
Ya era el amanecer de tan esperado día, el lugar se veía desolado como si un huracán lo hubiese devastado. En pocos días se veía como todo lo hermoso quedaba en ruinas, pintando todo del desesperanzador gris de la existencia de nuestras vidas. Me mantenía atento ante la vida de mi esposa, y esperaba ansioso la llegada de Anayra, la única salvación. Sin embargo tenía miedo, ya pensaba lo peor... ¿Qué esperanzas podría haber ahora? Nuestra existencia caía en pedazos, divida por un muro, donde las paredes de concreto no solo simbolizaban una división sino la restricción a nuestra felicidad...Era común ver como pasaban cada vez más reglas para nosotros. Ya nuestro futuro esta reducido... ya nadie se veía feliz, nadie sonría, para todos la esperanza estaba muerta.
Ahora, es probable que me anden buscando, no sé qué será de mi por haber escapado... temo a que toquen la puerta y que sean ellos... y terminen conmigo y mi familia...debo cuidar de ella hasta el final de mis días... así como las rosas, que traen alegría, color y esperanza hasta que la caída del último pétalo... mientras este allí con vida, podremos hablar de la existencia de esa señal que hay una oportunidad de seguir...
Se escuchan golpes en la puerta... ¿Quién podrá ser? Me mantuve en silencio esperando que no fuese la muerte que tocase la puerta. Ni siquiera era capaz de moverme... Solo me acerque en silencio a mi esposa y a mi hijo Ale que ahora dormía junto a su madre y los abracé
-¡Al fin! ¡He podido llegar! ¡Oh llego justo a tiempo!
¡La esperanza llegó! ¡Anayra había llegado con la medicina! ¡Mi esposa estaría a salvo!
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Aprender a ser la tormenta.
Ficción GeneralUn pueblo vivía en hermosa armonía y convivencia.Los habitantes de este mundo no eran seres humanos, sino criaturas muy especiales. Eran monstruos. (Inspiración de los monstruos del juego Undertale). Estas especies vivían en un mundo refugiado que d...