La Hija de Kushina | Obito x Tu

Capítulo 5.

—No dejaré que te pase nada malo, no mientras yo esté aquí.

•••

Me desperté agitada al recordar esas palabras, toque todo mi cuerpo con desesperación al ver que no era un sueño y estaba en lo que parece una habitación de hospital.

Mis manos están vendadas al igual que mi mejilla. El vendaje no fue hecho por una enfermera o un doctor, es distinto el vendado a comparación como lo hacen habitualmente.

Alguien me trajo, tal vez esa misma persona me detuvo de cometer una locura. El problema es que no puedo recordar quien era, solo tengo la parte de abajo de su máscara color beige con rayas negras en mi mente y lo que puede ser su voz cuando habló.

Aún era de noche lo que puedo intuir que no pasó hace mucho, mire el reloj que había en la pared. 

00:30am me encontraba en el río como a eso de las 20:30pm. Al Hokage lo vi media hora antes.

—Veo que has despertado. —Mire a todos lados en busca de su voz, me aterroriza un poco ya que no había escuchado una voz tan profunda antes.

— ¡¿Quién eres?! ¡Muéstrate dattebane!

—Todo a su paso pequeña... Todo a su paso. —Solo pude ver la sombra desaparecer de la ventana al igual que el sonido de su voz. Baje rápidamente de la cama tropezándome con el taburete que se encontraba a un lado.

—Tsk... —Chiste mis dientes levantándome, me acerque cojeando hasta la ventana pero ya no había nadie.

(...)

—Tadaima —dije un poco somnolienta. No dormí anoche pendiente si volvía aquella persona pero fue en vano. Desperdicie mi sueño y ahora tengo que ir a la academia para mi última clase antes de la graduación de mañana.

— ¡¿Dónde demonios estabas?! —Menma bajo las escaleras corriendo con Naruto en sus brazos, ambos me abrazaron llorando y al mismo tiempo molestos; no los culpo.

—Gomen, me fui sin decir nada. —Susurré apretando sus cuerpos un poco, comencé a llorar yo también recordando lo de ayer.

—Oye, oye, oye. —Mi hermano beso mis manos y mis mejillas—. No llores así no estoy molesto sólo... Estaba preocupado es todo.

Asentí con los sollozos saliendo de mi garganta, me acurruque en su pecho con las lágrimas de Naruto en mi cabeza. Mojaba mi cabello pero eso no me porta ahora; todo lo que quiero estar con ellos así un rato más.

—¡Gomenazai! —Solloce más fuerte sin ocultar nada, solamente me desborde en llanto en la entrada de la casa con mis hermanos.

—Estamos aquí pequeña, estamos aquí.

(...)

Todo el día he estado apartada de todos, no era de esperarse que las otras niñas de mi edad comenzarán hablar de mi. No les presté atención, me concentre en las clases como pude sin caer del sueño.

Para los que me preguntaron que me pasó solo dije que fue un entrenamiento de ayer y me lastime. Erina y sus primas buscaron a fastidiar pero solamente las ignore, Ren y Mukai llegaron en ese momento. Itachi también, pero este solamente me ignoro.