Capitulo 3: Sanguinem Pactum

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Sentados a la mesa, uno frente a otro solo podía preguntarse ¿Qué demonios seguía haciendo allí? Si se transformaba, podría salir corriendo como alma que llevaba el diablo irse a meter a un río por unas horas y luego salir mojado para no dejar rastro. Pero no. Estaba allí sentado, sintiéndose impotente y aterrado, retorciendo las manos debajo de la mesa, mordiéndose el labio con insistencia mientras escuchaba la conversación entre su padre y el hombre que se presentó como: Erwin Smith, Encargado del Liderazgo de la Familia Ackerman, a su lado izquierdo su prometido Levy Ackerman, a su derecha una mujer llamada Hanji Zoe, que se le antojo muy sonriente y un tanto zafada de la cabeza; Y al lado de esta, una chica que parecía de su edad llamada Mikasa Ackerman, igual de mortalmente seria como su prometido.

-Seguramente se preguntará como tendrán descendencia con el género de Eren.- tragó con fuerza sabiendo lo que venía. Estaba tan acostumbrado a las reacciones de los demás cuando se daban cuenta de esa capacidad, que para unos era aberrante, para otros, inaudito, y para otros, como su madre, un don hermoso.

Vio a Hanji asentir fervientemente, sin duda alguna la mujer estaba medio loca. Levy simplemente dirigió su vista desde su padre hacía él. Ningún gesto en su rostro, nada en èl delataba que pensaba ni que significado tenía la situación para él.- En nuestra raza, hay un grupo de nosotros denominados "Omega", los omegas sin importar su género son capaces de concebir y dar a luz cachorros cómo cualquier hembra de nuestra especie. Incluso, son más fértiles que el resto.- Sintió como la sangre subía a su rostro dejándolo al rojo vivo por la vergüenza. No pudo evitar ver de lo más interesante sus manos y sus dedos que se enredaban entre sí con insistencia.

-¡WOW! ¡Eso es increíble!- Hanji salto sobre la mesa mientras casi le caía encima.- ¿Enserio puedes dar a luz cachorritos Eren?- su rostro estaba demasiado cerca, lo que hizo que su rostro se volviera totalmente carmesí.

-Hanji, no acoses a Eren. Lo asustas.- La voz de Erwin era suave, pero la orden impresa en su voz. Hanji se bajó de la mesa susurrando "Hablaremos luego". Dirigió su vista a Levy. La misma mirada indiferente desde que lo vio. ¿Acaso no le importaba? ¿No le preocupaba? ¿No le sorprendía el que pudiera llevar cachorros en su vientre como una mujer? Al parecer, nada le importaba. Él menos que nada.

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¿Acaso eso era cierto? ¿Un hombre podía ser capaz de eso? No podía creer que fuera cierto, y aunque no fuera el hombre más masculino que haya visto, pero eso se podía atribuir a su edad, lo que acababan de decir era ridículo.

Había dicho que en su raza era normal. Los lobos sin duda alguna eran más de lo que creía. Mientras Grisha Jaeger explicaba la situación, veía al chico ruborizarse. Si, esto era normal en su raza ¿Qué le molestaba? Si podía quedar en estado de gestación, eso resolvía un problema claro entre un enlace entre hombres.

Había algo más. Seguramente había algo más que no habían dicho aún. Pero ¿Que podría ser más escandaloso que eso? Podría ser que le avergonzara su condición. No es que le importara, lo único que tenía que hacer ya se lo había dicho y repetido a sí mismo muchas veces, la única diferencia radicaba en que creía que sería una mujer, no un hombre. Eso complicaba un poco las cosas, pero no es que no supiera como se tendrían relaciones sexuales entre hombres.

Luego de que Hanji se bajara de la mesa, notó que el chico lo miraba con detenimiento. La interrogante en su mirada más que obvia. "¿No te interesa?" Obviamente no le interesaba ¿Por qué debería importarle? A él tampoco debería importarle sus reacciones, puesto que si trataba de generar algún sentimiento en él, se llevaría una sorpresa más desagradable que el despertarse el día de mañana después de que consumaran su unión, pues él no compartiría nada más con él.

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