Era de noche. Definitivamente se había hecho de noche, los sutiles sonidos de algunos animales nocturnos en su quehacer lo decían. Al abrir los ojos se aseguró de lo que percibieron sus oídos. Se sentó de golpe en la cama, sus ojos recorrían la amplia estancia de un lado a otro sin reparar en nada en específico, debía satisfacer el instinto de sentirse a salvo de amenazas primero.
El lugar era lo suficientemente amplio como para que más de una persona pudiera esconderse de los ojos, pero no de su olfato.- Vaya...- suspiro aliviado al darse cuenta que estaba totalmente solo en la habitación, pero antes de entrar en la calma le golpeo el recuerdo de su patético ataque en contra de ese hombre. Lo había sometido con una facilidad inaudita. Se necesitaban un aproximado de doce humanos para detener un lobo por un par de segundos, y aunque fuera un vampiro, debió haberlo visto moverse.- Maldición... ese desgraciado.- se vio la muñeca izquierda donde le había sujetado, donde yacía la marca de su alianza con el vampiro aún no estaba totalmente cerrada, pero el pañuelo, que seguramente era e la señorita Petra había evitado que la sangre fluyera debilitándole más. Bajo el pañuelo, la marca de la fuerza aplicada en su contra se distinguiría a millas, en esos momentos, se veía con una tonalidad azulada por el paso de las horas y su capacidad de sanar aceleraba el proceso.
Ese hombre le hubiera roto la muñeca si hubiera aplicado más de fuerza, de no ser por la señorita Petra, ahora tendría que cargar con una fractura. Al girar el cuello sintió un dolor fuerte debía de haber recibido otro tipo de daño que no podía ver por la cantidad ridícula de ropa que llevaba encima, debía desvestirse para poder ver que tan grave era, y si esto empeoraba su condición más allá de la incomodad. El quitarse el incómodo chaleco y la camisa resultó más difícil de lo que debería, seguido del soporte y al terminar por fin de retirarse la camisa blanca ahogo un grito de furia al ver la marca amoratada que dibujaba la forma de la mano del maldito vampiro que ahora llamaba esposo. ¡Ni siquiera podía ver bien el daño por el dolor! – Ese bastardo.- se palpó los huesos como le había enseñado Armin para detectar una fractura, y aunque le dolía un carajo hacerlo nada estaba fuera de su lugar.
Alzó la cabeza al sentir un intruso en la habitación.- Uh... para ser un simple animal tienes buenos sentidos mocoso.- Era él. Involuntariamente un gruñido vibró desde su pecho ascendiendo por su garganta y mostrando sus colmillos que sobresalían de sus labios. - ¿Qué es lo que quiere de mí? ¿Acaso quiere golpearme de nuevo?- el solo apoyó el mentón en su mano y sin ninguna probabilidad de reacción, apareció frente a él en menos de un parpadeo.
-¿Sabes? ... eres muy irritante mocoso.- le sujetó de la barbilla ejerciendo la presión suficiente para advertirle que no se moviera. Al menos había podido cubrirse el torso con la camisa para que no viera de cerca el daño que le había hecho. Le hizo girar el rostro como si comprobara la calidad de algo que hubiese comprado. El gruñido salió de nuevo de su garganta al tiempo que le sujetaba del brazo y sacaba sus garras como advertencia de que podía defenderse de él.- Suélteme, a menos que quiera perder el brazo.- aplico más presión contra su brazo y él presionó más su barbilla, parecía que tendría más hematomas que cuando despertó.- Si me lograras hacer una herida yo mismo me arrancaría el brazo mocoso...- gruñó más fuerte. Era tan prepotente que podía sentir su narcisismo en el paladar.
-¿Acaso no le importa perder el brazo?- una sonrisa que nada tenía que ver con la gracia le erizó todos los vellos del cuerpo, y le produjo la sensación instintiva de luchar, pues de este hombre no podía huir, no lo dejaría huir.- Si la cuestión es perder el brazo, o contaminarme, el brazo es prescindible.- el comentario le revolvió el estómago.- Escucha mocoso, solo lo diré una vez.- sus ojos se volvieron los del lobo, más que listo para atacar y escapar.- Lastimosamente se me obligo a recibir la peste que eres en mi ala de la casa Ackerman, pero no me quedó más que aceptarte, así que espero que te mantengas lo más lejos de mí como sea posible.- presionó un poco más el agarre, que en otro momento le habría sacado un quejido de dolor, pero ahora el lobo estaba tratando de mantenerlo vivo.- Con respecto a la obligación que tenemos que cumplir, te aseguro que solo la cumpliré cuando estés en celo para asegurarme de que no tenga que repetirse esta situación... Así que ganas más tú que yo mocoso.- No le molestaba en absoluto el que le asegurara que no lo tomaría hasta que entrara en celo y estuviera perdido en su necesidad de apareamiento, pero no tenía planeado quedarse en ese lugar hasta que su celo llegara, de ninguna manera.
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Offer Eum
FanfictionPor la paz, se firma un tratado entre los habitantes de la noche, de aquellos que salian a cantar a la luna, y los que perforaban las venas de mortales a modo de sustento. Con un rostro de piedra, con un corazón tan frio como el invierno más crudo y...