Epílogo

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Copos de nieve caían libremente sobre la ciudad, acumulándose poco a poco en cualquier rincón de ésta, luces de colores adornaban cada casa y establecimiento, creando una vista realmente hermosa. No había muchas personas en las calles, el frío era tremendo, pero ese no era el verdadero motivo, si no que todos ya se encontraban reunidos en sus casas con sus familiares, con sus amigos y amantes. 

Se respiraba un aire de armonía y tranquilidad. Adoraba estas fechas, se sentía completamente feliz a pesar de todas las cosas que habían pasado en esos últimos años.

Su mirada se posó sobre una de las repisas que se encontraban en la sala. Ésta se encontraba llena de marcos con fotografías. 

La primera de todas mostraba a dos niños jugando en un parque, se veía que el clima en ese momento era realmente hermoso. Ambos pequeños se notaban unidos, los mejores amigos. Uno de ellos tenía entre sus manos una pequeña figura de su super héroe favorito mientras veía totalmente emocionado al otro que se encontraba al parecer imitando movimientos de combate con una enorme sonrisa en su rostro infantil.

La segunda fotografía era suya, años después, junto con sus amigos de la preparatoria, sin embargo ahí no estaba el niño del primer cuadro, claro, se distanciaron después de ciertos sucesos en sus vidas.

La tercera era de este chico, parecía tomada sin que se diera cuenta, dada su cara de sorpresa y enojo en ese momento. También parecía ser de preparatoria.

Al llegar a la cuarta no pudo evitar sonreír. Ambos compartían ese bello retrato. Sonriendo y emanando una felicidad enorme. Volvían a estar unidos, resolviendo cualquier malentendido del pasado, incluso descubriendo nuevos sentimientos los cuales fueron maravillosamente correspondidos. 

En las siguientes siempre seguían juntos, con sus familias, de paseo, con sus mascotas. Se notaba el paso del tiempo, el crecimiento de ambos. Incluso había uno de los dos con sus respectivos trajes de héroes. Claro cómo olvidarlo, esa vez se habían vuelto profesionales. 

Pero también aquellas fotografías le causaban cierto dolor en su corazón. Sus respectivas madres habían fallecido dejándoles un enorme vacío. 

Se habían apoyado el uno al otro en esas ocasiones así como en tantas otras. Estaba enormemente agradecido por tener a aquella persona a su lado. Le amaba demasiado. 

-Izuku ¿qué coño haces? - la dulce voz de su novio se hizo presente sacándole de sus pensamientos. - Deja de estar perdiendo el  tiempo, ven a ayudarme con esto. - regresó a verle, mientras se levantaba del sofá donde se había acomodado hace unos minutos. 

-Katsuki, no puedo creer que no puedas con esto que es tan simple - se encontraban haciendo una cena para ambos, esa fecha era especial por lo que habían elegido platillos los cuales no siempre tenían tiempo de cocinar y realmente anhelaban degustar. 

A él se le daba bien la cocina, casi cualquier receta la podía llevar a cabo a la perfección. Esto le causaba una satisfacción enorme, estar en la cocina era uno de sus pasatiempos favoritos.

En cambio el rubio era un desastre, realmente se esforzaba para ayudarle, pero casi siempre terminaba por arruinar todo, cosa que le daba más ternura que enojo. Él era el claro ejemplo de que cuando algo no se te da, pues no se te da y ya.

-Calla, con una mierda, Izuku - le ayudó a salvar el pudin de acabar como un pedazo de carbón, mientras verificaba la integridad de los demás componentes de la cena. -Esto es imposible para mi - le vio sentarse en una de las sillas frente a la mesa para desayuno.

-Calma, amor - se acercó y le rodeó con sus brazos en un tierno gesto de comprensión - esto casi está listo, deberías ir a ducharte - notó cómo el gesto era correspondido. La cabeza de Bakugo quedaba justo a la altura de su pecho donde sintió el peso de éste al recargarse más. 

Exclusivamente mío [Katsudeku] [Decchan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora