One-Shot

763 39 5
                                    

Mañana tenía un examen, el final de lengua. Sin embargo yo no estaba estudiando, me lo sabía... Cualquier cosa me parecía más entretenida que estudiar, por eso me conecté a Facebook y miré un poco por encima las publicaciones de mis "amigos". Desvié mi mirada hacia el apartado de "Personas que quizás conozcas" y ahí estaba, Michael Clifford. Le conocía de oídas. Se había cambiado de colegio probablemente porque le hacían bullying. Pobrecillo. Demi, una chica de mi clase me contó que le dio una paliza en el patio y la profe de inglés los tuvo que separar. Precioso. Volviendo al tema, le mandé una solicitud, así porque me pareció bien. Cinco minutos más tarde aceptó la susodicha. Pero la cosa no se quedó ahí, me envió un mensaje.

Michael: Hola. He visto que me has mandado una solicitud. ¿Te conozco?                                                                                                                                                                          

(No sabía si contestarle o no. No hacerlo sería de muy mala educación. Le contesté, por cortesía)

TN: Es que he venido este año a ____________ (tu instituto) y me habían hablado de tí.

Michael: ¿Y que te han dicho de mí, cosas buenas?

TN: Nada, sólo que te cambiaste de cole.

Y después de muuucho rato de conversación, me pidió mi número. Se lo di. Era una buena persona y no todo lo que me habían dicho de él.

*Días más tarde*

Pasaron los días y empezamos a hablar por WhatsApp. Horas y horas. Esas conversaciones se habían convertido en mi droga. Le encantaba mandarme selfies, y a mí que me las mandara. La verdad no era nada feo, era como muy mono. Adorable. Y un poco tímido. Me llamaba con apodos cariñosos, no es algo que me encante, pero si lo hacía el, me parecía bien. Nuestras conversaciones eran cada vez menos insulsas y hablábamos de todo. Nos contabamos cosas bastante personales. Y al final, pasó, me pidió que quedáramos. Yo temía decírselo a mis padres, no me dejarían hacer algo así ni en broma. De todos modos, ese mismo día, yo había quedado con mi mejor amiga. Y se me me ocurrió algo...

TN: Oye Cher, cuando quedemos, ¿te parecería bien ver a un amigo mío?

Cher: Claro, háblame de él.

Le conté todo lo que sabía de ese chico, nuestras conversaciones, cómo nos conocimos...

Cher: Me parece buena idea. 

Esa misma tarde ella vino a mi casa, llegó tarde y me enfadé. Fui a buscar mi móvil para avisar a Michael de que llegaríamos un poco más tarde. Pero justo cuando lo cogí, él ya me estaba llamando. No sé porqué, pero mi corazón se había acelerado. Respondí a la llamada:

TN: ¿Sí?

---

TN: Michael, ¿estás ahí?

Michael: Sí perdona, ¿cuando vendréis tú y tu amiga?

Madre mía, qué voz tan suave, no me la esperaba tan, como decirlo, angelical.

TN: Estamos a punto de salir de casa, así que no tardaremos mucho.

Michael: Vale, os espero en la pirámide roja de cuerda.

Una vez salimos de casa, yo estaba un poco nerviosa, ¿la había cagado o no quedando con él? Encima a Cher y a mí nos acompañaba mi padre, lo cual hacía de aquello una verdadera tortura. El sitio donde habíamos quedado estaba al lado de un campo de fútbol y de un parque para niños. Una vez llegamos allí, nos costó encontrar a Michael, incluso le confundimos con un hombre de mediana edad. Seguimos buscando como dos retrasadas hasta que vimos a alguien que nos saludaba. Era él, era tal y como esperaba. Estaba sentado en un banco y me senté a su lado. Empezamos a hablar como amigos de toda la vida sobre tonterías, también vi que tenía una goma de pelo amarilla en la muñeca y se la pedí, a cambio le di la mía de color rosa, que ya estaba gastada. Seguimos hablando y riendo hasta que nos entró hambre y fuimos a comprar un helado. Después de eso, nos pusimos a hacer el tonto por la calle, y él me empujó a la carretera. Menudo capullo, ¿de qué coño iba? Más tarde fuimos hasta un parque y básicamente hizo que me cayera de culo en la arena. Y para arreglarlo un poco más, mi padre me dijo:

TP:¿Pero qué se cree esta tía? (estas palabras se me clavaron en el pecho cual navaja)

TN: Es un chico, y no lo sé.

TP: Esto no es un chico, es un caballo.

Después del incidente, estuvimos paseando y me pareció que Michael y Cher se llevaban muy bien y me sentí un poco excluida.  Nos acompañó a mi mejor amiga y a mí a casa, yo esperaba que me daría dos besos o un abrazo, pero nada. Se fue. Cher y yo fuimos a mi habitacíon, me sentía muy rara, como si me faltara algo, como si el hecho de haber quedado con ese chico tan único me fuese a traer problemas... Entonces pensé en no hablarle y que me hablara él. Y eso hizo. Me preguntó que si me lo había pasado bien, le dije que si. Mentira, solo al principio, luego casi me mata y fue todo muy raro. No me apetecía hablar con el, y ya está. 

No volvimos a hablar hasta después de cenar, y el resto de la noche me la pasé haciendo el tonto con Cher.

Michael me propuso quedar otra vez, le dije que le preguntaría a mi madre. Me dijo que no, y me empezó a interrogar sobre él, y me dijo que no podía quedar con gente que no conocía y cosas así. Decidí que era el momento de que dejáramos de hablar. Y ya está. Le dije mis razones y ese día hablamos hasta las 23:00 de la noche. Nos despedimos con audios, acabé llorando, me dijo que era una de sus mejores amigas y me dolía tener que hacer eso, pero si no íbamos a poder vernos, ¿de qué servía hablar? Cuando se desconectó me fui a dormir, no podía parar de llorar, casi ni le conocía y le había cogido un montón de cariño...

Me habló casi 24 horas después, y seguimos hablando más, y más. Pasaban los días y no parábamos de hablar, y volvimos a quedar. Sólo nos íbamos a ver media hora, pero iba a merecer la pena. Quedamos en la puerta de mi casa, cogimos el autobús, porque yo tenía entreno de natación. Se puso a llover y cuando salimos del autobús me resbalé y me caí. 

TN: ¿Me ayudas o qué? ¿No irás a quedarte ahí riendo, verdad?

Me alargó la mano y al levantarme, me cogió tan mal que se resbaló y cayó encima mío. Nos empezamos a reír y se me quedó mirando. Instintivamente acercamos nuestros labios hasta fundirnos en un romántico beso bajo la lluvia. 

Somebody to you (Michael Clifford y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora