Capítulo 1.-

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La casa estaba vacía y en silencio. En la esquina de la sala había un cuadro tirado en el suelo, roto por la mitad, así como lo estaba mi corazón.

Los muebles estaban desordenados por todo el lugar, la ropa estaba en el suelo y había sangre en el pasillo del patio; estaba sola en casa, sin nadie que me cuidara o defendiera. Salí al patio y encontré un cuchillo manchado de sangre; lo reconocí de inmediato, mi padre lo había comprado en las últimas vacaciones familiares, antes de que el gobierno estuviera persiguiéndolo tan arduamente como ahora. Ese pequeño y horrible objeto me traía buenos recuerdos.

La tiré al bote de basura que se encontraba junto al portón de hierro que cubría la casa. Mi hogar era mi propia cárcel. Mi vida era como el de la mayoría de las princesas de Disney, encerradas en casa o en una torre, solo que en mi historia no había final feliz.

¿Qué se supone que hace una chica de 16 años cuando su familia ha sido raptada de su hogar por posibles jefes o vándalos de una banda de narcotraficantes?

Mamá debería estar en casa buscando cosas nuevas que comprar, leyendo sus revistas en el salón de visitas, despilfarrando el dinero como siempre.

Papá debería estar en el despacho hablando por teléfono con sus “amigos”, preparándose para hacer nuevos negocios, y mi hermano debería estar aquí, conmigo, molestándome como todos los días por ser una tonta.

Intenté arreglar el desastre que había en el lugar pero no lo logré. Hice lo que tenía que hacer en este tipo de ocasiones, y aunque nunca había pasado esto, estaba muy preparada para la ocasión.

Tomé el teléfono que se encontraba en la mesa del salón y marqué rápido al número David, el hermano de mamá.

-Hola, ¿Tío David?- pregunté asustada, odiaba con todas mis fuerzas utilizar ese maldito teléfono.

-¿Cat?- respondió con otra pregunta, y muy asombrado.- ¿Qué sucede? 

-Mamá y papá- murmuré mientras las primeras lágrimas comenzaban a salir 

-¿Qué pasa con ellos?- su voz asustada resonaba en mis oídos

-No están en casa- lloriqueé- todo está hecho pedazos en la casa y hay sangre en el suelo

-Maldita sea- gruñó- voy para allá, no te muevas

-¿A dónde podría moverme?- pregunté- todo está cerrado y no se la combinación, ¿la sabes tú?

-Sí, Cat- suspiró- voy en camino. 

Salí de la sala y corrí hacia la puerta del patio, me quedé recargada en la pared mientras observaba el agua de la piscina moverse lentamente. Un papel blanco voló suavemente sobre mi cabeza. Lo tomé rápidamente y lo abrí, encontrando un extraño papel color amarillo escrito en cursiva dentro de lo que parecía ser un sobre.

20/01/2009.

“Esta carta está dirigida a esa niña que siente sola, que de poco a poco se va acabando y no sabe cómo detener este proceso. A la niña de ojos claros al igual que sus cabellos, de piel blanca pálida como la nieve y labios rosas. Esta carta es para hacerte saber que no estás sola, me tienes a mí, que sin conocerme, estaré ahí cuando me necesites. 

Deseo con todo el corazón que recuperes tus ganas de vivir, las ganas de soñar. Porque si no sueñas, ¿de qué sirve vivir? También deseo que tu familia te entienda y te trate como te mereces, no pido más que un –Hola- sincero, para saber que estás bien.

Si algún día quieres hablar conmigo, o saber de mí, deja tu carta junto sobre el árbol que está justo al lado del buzón, yo revisaré todos los días hasta recibir una respuesta de tu parte.

Se despide de ti, el chico de las cartas.”

Doblé el papel rápidamente revisando a mí alrededor para ver si nadie me observaba, recordé que estaba sola y negué con la cabeza mientras la metía en uno de mis bolsillos. Escuché el ruido de un auto y entré a la casa para poder recibir a mi tío en la entrada y preguntar qué pasaría conmigo.

Corrí hasta la puerta y llegué justo cuando el entraba y maldecía al ver todo regado, me miró fijamente e intentó sonreírme, aunque solo Salió una extraña mueca.

-¿Dónde estabas tú cuando pasó esto?- preguntó abrazándome.

-En la escuela- contesté mientras escondía mi rostro en su pecho e intentaba no llorar.

-Cat- susurró- pequeña Cat… nunca quise que vivieras esto, pero lo siento, es la vida que te ha tocado- se soltó de mi agarre y tomó mi rostro entre sus manos.- Te llevaré a mi casa ¿Okay?- preguntó- te quedarás ahí con tu tía Alison mientras investigo sobre tus padres.- me abrazó.

-¿Me prometes que los traerás con vida?- pregunté

-Lo prometo.

¿Y a Dylan también?

-Sí, también a tu hermano.

Rió calladamente para después tomar mi mano y sacarme rápido de ahí. Sólo esperaba que cumpliera, y que los trajera con vida de una vez por todas.

Querido desconocido . ¡¡TERMINADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora