Capítulo 5.-

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A la mañana siguiente desperté muy temprano, tenía la sensación de que todo iría muy bien, y necesitaba más que nada, responder la carta.

Me senté frente a mi escritorio y saqué lo necesario, después de asegurarme de que todo estuviera cerrado, comencé a escribir.

1/02/2009

“Querido desconocido.

¿O debo llamarte Dan? Bueno, sinceramente no es algo que importe mucho. Déjame decirte que tu última carta me ha puesto de muy buen humor, es fascinante saber de ti, o en todo caso, saber de alguien más.

Me gustaría hablarte de mí, pero no tengo mucho por contarte, y lo más indispensable creo que ya lo sabes, debes de haberme investigado aunque sea un poco antes de mandar tu primera carta, así que no me gustaría volver a ese tema que tanto me fastidia.

Aunque te diré lo más simple. Tengo catorce años, estudio por las mañana en un colegio privado que tal vez más adelante te diga su nombre. Tengo un hermano llamado Dylan que tiene diecisiete años, no quiero hablar de mis padres así que los omitiré.

Tengo otra pregunta, ¿vives por el fraccionamiento? Me gustaría saber si alguna vez me has visto aunque sea por un segundo, y me gustaría saber si yo te he visto a ti, aunque sería imposible.

En ocasiones me siento triste, como si algo faltara para complementar mi día, me siento extremadamente mal por el oficio de mis padres, y a la vez también porque en sí, nunca eh tenido compañía o a alguien en quien pueda confiar, solo tengo a mi hermano, pero hay cosas que uno no le cuenta ni a sus hermanos.

Me gustaría ser libre, como las mariposas y los pájaros... Poder volar del nido cuando uno siente que está preparado, saber que tiene la capacidad para escapar de una mala situación con tan solo mover sus alas al compás de los latidos del corazón… creer en mí misma.

Creo que me he puesto un poco melancólica, así que debo despedirme de una vez. Esperaré tu carta con ansias y desespero.

Con cariño, Cat… o más bien, Castlevania.”

Metí la carta en su sobre y la cerré rápido, me asomé por la ventana del cuarto-mi única comunicación con el mundo- y vi que no estaban los autos que normalmente papá y mamá usaban, así que asumí que ya habían salido.

Corrí hacia la verja de la casa y saqué la mano por uno de los huecos hasta llegar al buzón, lo abrí y deposité la carta dentro, una vez listo, corrí de nuevo a mi habitación.

Me sentía como una típica princesa de Disney, encerrada y aislada del mundo en general, era extraño ya que la mayoría de las niñas cuando son pequeñas desean ser como una princesa, y yo que tenía algo en similitud lo odiaba.

Me sentía rapunzel, encerrada en esa horrible torre, solo que mi cabello no era tan largo, apenas llegaba a mi cintura, y no había ningún príncipe a fuera para rescatarme.

No tenía remedio, y tenía que conformarme.

-Me gusta verte así- musitó Dylan abriendo la puerta de mi habitación. 

-¿Así, cómo?- pregunté confundida.

-Feliz… viva.- Sonrió.

Lo abracé fuertemente intentando controlar mis sentimientos, era increíble como una amistad podía cambiarte de un momento a otro, mi hermano era todo para mí, y ahora mismo, era mi confidente y la única persona que sabría sobre mi amigo el desconocido.

Querido desconocido . ¡¡TERMINADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora