Epílogo.

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Dan.-
Camino sigilosamente hacia la tarima, sostengo las hojas fuertemente con mis manos para evitar tirarlas al suelo, suspiro pesadamente mientras me acomodo frente al micrófono.
Observo a todas las personas que están en la sala, todo ellos son unos desconocidos para mí.
Dejo los papeles junto al micrófono y comienzo.

-Este año, opté por el proyecto para ayudar a adolescente y niños de una clase social alta a descubrir y deshacerse de sus demonios. Mandé cartas en todo un sector, esperando respuesta, pero nadie respondió. Solo una chica..- sonreí al recordarla.- Su nombre era Cat, y necesitaba rápidamente que alguien la ayudara a salir de su depresión, ella quería ser libre como las mariposa, cantar como las golondrinas y vivir… no solo respirar. Era hija de los Walker, los famosos narcotraficantes que fueron detenidos hace unos meses. Ella no tenía amigos, así que yo me convertí en uno.- Suspiré alejando las lágrimas de mis ojos.- Ella se convirtió en mi confidente, una persona en quien confiaba y a quien podía contarle todo, la llegué a querer demasiado.- Mi garganta se cierra y mis palabras salen distorsionadas.- La amaba.- Cirro los ojos fuertemente.- Ella murió el día de ese tiroteo… ella, la luz de mis ojos, la persona que le dio sentido a mi vida se fue ese maldito día.- Limpio mis lágrimas con el dorso de la mano.- La extraño aún, no la conocí en persona nunca, pero no fue necesario, ella lo era casi todo para mí. Le conté mi pasado, mi presente, mi futuro, le escribí mis miedos y le dije mis sueños. Le enseñe todos mis puntos débiles. Y se fue.- Gruñí con frustración.- Así que me rindo, no haré ningún otro proyecto jamás, tendré mis pacientes y haré todo lo que hace un psicólogo, pero ya no quiero más casos especiales. Gracias.-

Tomé las hojas y bajé de la tarima, me encaminé rápido hasta el pasillo y tomé mi maletín de la mesa, la colgué al hombre y me encaminé hacia la puerta.

-Dan.- Me detuvo mi jefe.
-¿Qué sucede?
-Lo siento mucho.- Dijo poniendo su mano en mi hombro.- Se lo difícil que es.
-¿Lo sabe?
-Sí, mi esposa murió de cáncer hacer casi cinco años… aún no lo supero.
-Lo siento.- dije sincero.
-Yo también.
-Hasta luego.- Dije caminando hacia la puerta, tomé el pomo de ésta y lo giré abriéndola, di un paso al frente y la voz de mi jefe me detuvo.
-Nunca se va.- Dijo.
-¿Qué cosa?
-El dolor.

Y dicho eso, se fue, dejándome ahí, para solo en la calle. Voltee a todos lados y suspiré, alcé mi mano llamando a un taxi y cuando por fin uno se detuvo, me subí a él, dejando mis cosas en el asiento. Le di mi dirección y me recargué en el respaldo.
Sentí una mano sobre mi hombro y rápidamente abrí mis ojos para comprobar que era.
No había nada ni nadie ahí, pero yo sabía de qué se trataba.
Era ella…. Mi Cat.

                                                                                         FIN.

Querido desconocido . ¡¡TERMINADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora