Cap 06: Juntos y separados

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Todo comenzó después de que hayan corrido a Daniel de su casa. Los primeros días de que Ivan y Daniel vivieron juntos tuvieron varios problemas porque nunca habían compartido casa con alguien más que no fueran sus padres, pero al cabo de unas semanas las aguas se calmaron y parecía que vivían en un cuento de hadas.
Pronto se les acabo nuevamente el encanto.

—Daniel, ya te hice el desayuno, levántate —le dijo amablemente.

Daniel se sentó en la cama levantó la mano y delicadamente jaló a Ivan a la cama —vamos a dormir un poquito más, no seas amargado.

—No soy amargado, solo que necesitamos ir a trabajar, Dani, amor, ándale, no seas así —le sonríe y le abraza.

—Ay Ivancito —le corresponde al abrazo y le besa la frente— porque no dejas de dormir en otra cama y duermes aquí conmigo ya, mi cama es matrimonial tú cama individual, estamos viviendo juntos, no hagas ésto.

Le sonrió y le miro a los ojos. —Mira amor, no podemos hasta que nos casemos y sabes porque, ya una vez me rompieron el corazón y no quiero que vuelva a ocurrir.

—Yo soy comprensivo y no haré o romperé las reglas que tú determines porque por algo confío en ti —le despega sus labios de la frente y le besa la nariz, se levantó y cargó a Ivan hasta la cocina lo dejó en una silla y comenzó a desayunar.

Aquellos jóvenes desayunaron juntos se besaron algunos momentos, se vistieron Daniel se fue a trabajar y Ivan a la universidad para después ir a trabajar. Después llegaron los dos a casa.

Daniel se quito el pantalón y se quedó en boxers por la casa —Ivan ¿Quieres que ahora yo te haga de cenar?

—Si gustas Dani, por cierto ¿Cómo te fue en el trabajo? —su atención fue llamada debido a que alguien llamó a la puerta.

Daniel abrió la puerta y encontró a una muchacha de cuerpo curvado.

—Hola soy Sáhara ¿Aquí vive una persona que se llama Ivan? —dijo sonriendo y muy amablemente, vió a Daniel el boxers y se puso roja volviendo la mirada a los ojos de Daniel.

—¿Sáhara eres tú? ¡Que sorpresa! ¿A qué se debe la visita? creí que me odiabas —dijo Ivan sonriendo.

—Si, soy yo, no, no te odio, en realidad vine a hacer las pases, se que ya pasaron dos años de la última vez que nos vimos, pero aún así, quería ver como iban las cosas y eso. Le puedes decir al tipo desnudo que si se puede vestir —dijo incómoda y divertida.

—Ah... claro —le pone una toalla de cocina encima de su boxer y la detiene con la mano— se llama Daniel es el amor de mi vida dijo sonriendo Ivan.

—Si no sueltas esa toalla pronto ya no necesitará que la detengas —comentó pervertido y divertido, extendió su mano y estrechó la mano con Sáhara felizmente— mucho gusto Sáhara.

Ivan miró mal a Daniel por el comentario, después rió y pasaron a Sáhara a su nuevo departamento. Platicaron por horas de las cosas que habían pasado después de tanto tiempo, Sáhara llamó a Danna y ésta llegó a la casa de estos jóvenes enamorados. Siguieron platicando hasta que a Sáhara se le ocurrió llamar al número viejo de Omar, alguien contestó desde la otra línea.

—Hola ¿Quién habla —contestó un muchacho de voz dulce.

—Hola ¿Me comunico con Omar?

—Si ¿Quién habla? —dijo desconcertado.

Ivan tomó el teléfono —Soy Ivan ¿Me recuerdas?

La llamada se cortó y éste ya no pudo hablar más, Danna y Sáhara se fueron divertidas de la casa y fueron por un helado, aquellos dos se quedaron en su departamento, porque Ivan denotó que Daniel se había molestado demasiado.

—Así que te sigue gustando ese bastardo —comentó algo molesto y se notaba en sus facciones y voz.

—No, claro que no, sólo necesito comunicarme con él y saber que fué de él, merezco explicaciones ¿No crees?

—No, tú no le debes pedir ninguna explicación a nadie, me tienes a mi y es lo que importa ¿No? —dijo gritando.

—Siempre es lo mismo contigo eres demasiado celoso me estresa que por todo me quieras celar, ayer me pidió mi número él de la tienda para que me marcara cuando llegara el agua ¿Qué fue lo que hiciste? le dijiste que si me volvía a hacer una proposición de esas, no tendrías piedad —le dijo muy enojado.

—Yo creí que te importaba más yo, que el señor de la tienda —dijo gritando.

—Ay no seas estúpido, aterrizate y cuando éstes listo podemos compartir cama —se metió al baño y cerró la puerta de un fuerte golpe.

Siguió a Ivan y se quedó fuera —Ivan, perdóname, no quise hacerte ninguna mala noche, no sé que me pasa, no quisiera perderte, siento que eres la primera y la única cosa buena que tiene mi vida, sinceramente no sé que haría sin ti, haces que mis días sean los más bellos y los mejores, gracias a ti renuncié a mi familia y preferí mi felicidad, creo que al fin y al cabo me estoy enamorando de ti, antes podría decirte que me gustabas muchísimo, después que te quería pero creo que por primera vez en veinticuatro años de mi vida puedo decir la palabra te amo, porque si lo siento, lo siento por ti, me gustas en serio, y me gustas demasiado, ésto ya se convirtió en amor. Claro que permitiré que te reunas con Omar, incluso si algún día te llegaras a ver con él, y te enamoraras, te dejaría libre, te amo, y quiero tú felicidad —se recargó en el muro de afuera del baño.

Ivan abrió la puerta del baño y abrazo a Daniel —Gracias por decir todo eso, en serio, me gustó mucho, te diría que te amo, pero no he llegado a sentir eso por ti, no te sientas mal, la última vez que amé me desilucionaron así que no te sientas mal, te quiero y me gustas muchísimo, demasiado diría yo, tal vez algún día no muy lejano aprenda a amarte, y mira, te diré algo, ¿Quién crees que hoy no dormirá solo en cama matrimonial?

Recuerdos de mi pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora