Dejá de mirarme

128 22 0
                                    

 Capítulo nueve

Narra Lucia:

 Estoy de mal humor.

 No puede ser que hace más de veinte minutos esté esperando a que venga el subte. A esto súmenle el hecho de que estoy reaburrida y no tengo el celular con batería. Pero como si una fuerza sobrenatural estuviese escuchando mis pensamientos, en cuestión de segundos tengo al subte enfrente mío.

 Dejo bajar a los pasajeros primero y después subo. Veo un asiento vacío y voy rápido a sentarme en el, sin importar que la gente se me quede mirando como si fuese una nena de cinco años.

 Entre que la gente me mira, escucho una risa. Quito la mirada de mi libro de Julio Verne (el cual tenía planeado leer) mientras cierro mi bolso, y veo a Theo sonriendo.

 Trato de ignorarlo, pero siento su mirada en mí todo el tiempo y me pone nerviosa.

¿Qué le pasa? ¿Por qué me mira tanto?

 Capaz debo tener algo en la cara. Con ese pensamiento, saco un espejo para ver si tengo una anormalidad en el rostro, pero todo está como siempre, nada raro.

 Seguro estoy flasheando. Así que trato de no darle bola a la mirada de Theo y me concentro en el libro.

 Ya voy por la quinta estación y sigo sintiéndome nerviosa gracias al pibe este. Y vuelvo a levantar a mirada.

—¿Podés dejar de mirarme? — Le pregunto entre dientes.

— Discúlpeme, no puedo dejar de admirar su belleza, bella dama— Me contesta tratando de sonar como un típico galán de las novelas viejas.

 Río, y él también.

TheoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora