2. Fiesta, Alcohol, Kevin

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Luego de la boda, la fiesta comenzaba, con ella un Kevin que no se alejó de mí un segundo, él iniciaba una conversación interminable en la que cada vez se encontraba más y más cerca.

—Tengo novio —Solté, interrumpiendo el parloteo de Kevs.

Me miró pareciendo interesado.

—¿Cómo se llama? —Sonrió, pero su sonrisa no era la misma.

¿Cómo se llama? Oh, dios, ¿Cómo se llama? Olvide el nombre de mi novio, joder. Entré en pánico, hasta recordarlo, ¿Qué diablos estaba haciendo Kevin conmigo?

—Cris —Dije aliviada—. Cristopher.

—Apostaría mi vida a que es moreno, forzudo y creído —Rió.

Estuvo cerca.

—Ja, ja.

—Lo es, ¿verdad? —Esa sonrisa arrogante apareció.

—Mmm… —Elegí no contestar—. ¿Y tú?

—Soltero —Dijo al instante—. ¿Hace cuanto estás con ese chico?

—Cinco meses, aunque no sea de tu incumbencia —¿Por qué le contestaba?

—¿Te hace feliz? —Continuó.

—Deja de interrogarme —Murmuré—. De todos modos, ¿Por qué me estás siguiendo por todo el lugar?

Tomé un trago de una mesa cercana, y él abrió la boca para contestar, pero fue interrumpido por la voz de una mujer en el micrófono.

—¡Karaoke! —Dijo riendo—. Favor de acercarse las amigas de la novia y el novio.

Katie me hizo una seña para que la siga hacia arriba de un escenario improvisado y corrí hacia ella riendo, allí estaban ya Marie junto a otras chicas que habían ido a la secundaria con nosotras. Discutimos en menos de un minuto que canción conocíamos todas.

Nos alcanzaron micrófonos mientras se encendía lentamente el ritmo de una canción de Thalia. Katie empujó a Marie para que empezara.

La gente me señala, 

me apuntan con el dedo, 

susurra a mis espaldas 

y a mi me importa un bledo.

Katie la siguió.

Que mas me da,

si soy distinta a ellos,

no soy de nadie,

no tengo dueño.

Cantó mirando a Drew y él se limitó a reír negando con la cabeza. Las demás chicas cantaron sus solos, desafinando y equivocándose con la letra, pero riendo, hacia el final de la canción, casi todos en la sala cantaban, pero Drew, Kevin y algunos otros habían sido llevados fuera de la sala, para mi sorpresa.

¿A quién le importa lo que yo haga? 

¿A quién le importa lo que yo diga? 

Yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré.

Los aplausos estallaron cuando, bajamos del escenario y otra melodía diferente comenzó a sonar. Subieron al escenario improvisado, la música de Gloria Trevi, Drew, Kevin y los demás con los aspectos más extraños comenzaron a cantar de espaldas… 

Y me solté el cabello, me vestí de reyna, 

me puse tacones, me pinte y era bella. 

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