4. Cliché

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Dos semanas después de la boda de Katie, el recuerdo de aquella noche con Kevin seguía perturbándome, ¿Alguna vez podría olvidarlo? Cada vez que salía de mi casa, recordaba que solo a cinco calles, él estaba por allí y evitaba siempre pasar cerca de su vivienda. No tenía ningún sentido, tendría que haberlo visto alguna vez al vivir tan cerca, entonces un recuerdo tocó mi mente.

—Oye, tienes un bonito lugar —Dije, me sentía mareada.

Él rió suavemente, que maravilloso sonido.

—Gracias —Sonrió, que hermoso—. La compré hace dos semanas, así que disculpa el desorden.

Oh, bueno, al menos algo tenía sentido entonces.

Entré en el teatro aquel miércoles y todos los problemas desaparecieron de mis hombros, este era mi hogar. Un grito me hizo casi saltar.

—¡Chelsea! —Roger me abrazó efusivamente—. ¿Dónde estuviste estas vacaciones, cariño?

Mi amigo era moreno, de unos veintitantos pero nunca decía el número exacto, tenía dos bonitos hoyuelos en las mejillas y era increíblemente gay.

—Hola Rog —Dije con una sonrisa—. Solo descansando por aquí…

—Oh, que aburrida eres —Exclamó—. ¡Tengo una novedad, sin embargo!

—Suéltala —Me entusiasmé, siempre que él decía eso, algo nuevo y genial estaba por venir.

—Bien, mira —Estiró las manos para gesticular su idea—. Una chica, un chico, ella se declara, él la rechaza y se reencuentran luego de años en la Universidad con todos los sentimientos intactos, ¿Qué dices? Es un cliché, pero me parece perfecto.

¿Me estaba hablando en serio? Oh, si, claro mundo, búrlate de Chelsea.

—Me gusta —Sonreí, una sonrisa falsa que lograba verse casi real.

—Tengo una noticia mejor —Sus dientes blancos hicieron contraste con su morena tez.

—¿La tienes? —Alcé una ceja con diversión.

—¡La chica serás tú! —Golpeó mi hombro mientras sonreía—. Todo lo que necesitamos es buscar un galán, tiene que ser guapo, en definitiva, pensé en Chase, pero él está con otras obras ahora mismo, tres en total, así que tendremos que buscar alguien nuevo. ¡Oh! Ya casi puedo oír al público aplaudirnos.

—Roger —Reí—. ¿Cuándo dije que estaba libre?

—Hay buena paga y te aseguro que encontraré un chico que te hará babear —Continuó.

—Tengo novio —Le dije, aunque ya no parecía tener sentido que yo acotara aquello, me sentía una mentirosa.

—Y uno muy bonito —Asintió—. Pero esto es trabajo y sé que ‘Blues’ tiene su última presentación en dos días, por lo que estarás libre para mí.

Suspiré a la vez que contenía una sonrisa.

—Bien, chico. Me tienes.

—Oh, no será tan fácil —Sacó de detrás suyo una libreta azul—. Toma, tienes un borrador de lo que serían tus diálogos, voy a probarte. Sube al escenario.

Lo miré extrañada.

—Sube, sube —Me empujó.

Me encaminé al escenario mientras él se sentaba en el público y ojeé el libreto. 

—¿Estamos solos? —Pregunté, ya en mi puesto.

—Completamente —Me guiñó un ojo—. Pero en diez minutos todos comenzarán a llegar, así que no te tomes tu tiempo.

Di vueltas por el escenario mientras leía dos veces el guión.

—¿Cómo me llamo? Solo dice chica y chico —Fruncí el ceño.

—Pensé que sería auténtico —Dijo—. Que usaran sus nombres verdaderos, así que tu eres Chelsea y yo seré el chico por hoy, somos Chelsea y Roger.

Sonreí, era un personaje, todo Rog era un personaje.

—¿Qué haces aquí, Roger? —Murmuré, ya en el papel.

—Estudio aquí —La voz de Roger sonó tan real—. ¿Qué haces tú aquí?

—No, no, yo pregunté primero —Mi rostro estaba, esperaba, frustrado—. Habías dicho… que irías a la Universidad en Madison.

Roger, aún en el público, soltó un bufido audible.

—Eso fue hace un año, Chelsea —Negó con la cabeza—. Todo el mundo cambia de opinión… ¿Por qué estás tan nerviosa? Lo que ocurrió entre nosotros fue hace tiempo, no tiene por qué ser así.

—Y-yo —Fingí tartamudear—. Roger yo… tengo que irme, podemos terminar la conversación otro día.

—Chels —Susurró Rog.

—No —Mis ojos se llenaron de falsas lágrimas.

Ese era uno de mis talentos, podía llorar, de la nada y hacer que pareciera completamente verdadero.

Rog sonrió y vi el momento justo cuando dejó de actuar. 

—Perfecto —Aplaudió—. Oh, me encantas. Ahora, ¿Cuándo empezamos las audiciones?

—¿Empezamos? —Pregunté emocionada. No, no me gustaba el papel, parecía que la persona de allí arriba se estuviera burlando de mi, pero siempre había amado elegir a los actores.

—Claro, tontita —Rió—. Tú escogerás conmigo y veremos con qué guapo tienes más química, déjame publicitarlo, en unos días tendrás por lo menos quince chicos aquí.

Sonreí, adoraba a Roger.

Wonderwall de Oasis rompió la paz de mi cuarto haciéndome odiarla y amarla al mismo tiempo, eran las 10 p.m. Sábado. Ayer había sido la última presentación de Blues, la obra en la que había estado trabajando los últimos cuatro meses y fue un éxito, no habíamos recibido tanta gente desde hace bastante tiempo, sin embargo, siempre era triste acabar con una obra y despedirse de nuestros compañeros, llegábamos a ser muy unidos.

Me obligué a levantarme de la cama y tomar el libreto que esperaba en mi mesa de luz, Roger había decidido que se llamaría “Lo Nuestro es Historia”, no lo consideraba muy original, pero no era quién para discutir lo que sucedía en la extraña mente de Rog. En solo tres días ya lo había casi memorizado, necesitaba saberlo para actuar solo siete párrafos del guión con todos los actores que se presentaran esa noche a la audición. 

Preparé un café tirándole cinco cucharadas de azúcar, todos me consideraban rara por eso, pero yo no sentía gusto a aquella cosa marrón si no tenía mucha azúcar, Katie siempre decía que algún día engordaría y sería mi perdición, ella siempre era muy positiva.

Ya por la noche coloqué una sonrisa en mi rostro y encaminé hacia el teatro.

Si solo hubiera sabido…

Lo Nuestro es HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora