JUEVES:

Maldito sol, me levanto poco a poco de la cama, me giro y no veo a Bruno. Voy a la cocina y lo pillo saliendo del apartamento.

-Hey ¿a donde vas?- le pregunté antes de que cerrara la puerta.

-A trabajar- dijo seco y muy raro.

-Vale... pues que te vaya bien-

Da un portazo y se marcha, que raro esta. Cojo el móvil y llama a Marisa.

-Hola ¿Cómo estas?-

-Bien pero ahora no puedo hablar adios- y dijo y colgó apresuradamente. Otra que está rara.

Bueno no importa iré a dar una vuelta aunque sea solo, no espera, esta mi madre iré con ella. Voy a su cuarto y abro la puerta sin tocar y veo a un hombre desnudo encima de mi madre, vaya hombre ya ha vuelto a pasar, de todos modos se la debía. Voy a cerrar la puerta pero el hombre todavía desnudo se levanta y me agarra de la muñeco, en ese momento me vinieron muchos recuerdos de cuando mi padrastro me pegaba entonces aparté mi mano bruscamente.

-Chico tranquilo, me llamo Elliot- dijo sonriendo, es un hombre alto, moreno, con un cuerpo de gimnasio, joven y que todavía estaba desnudo. Miré hacia abajo, madre mía pero si mi madre tiene mejor gusto que yo.

-Hola soy Adam y por favor tápate-

-Ay es verdad perdón- dijo cogiendo un albornoz.

-Mamá, ¿podemos hablar un momento?-

Salimos de la habitación, mi madre tenía un albornoz puesto.

-Mamá pero como se te ocurre- le reñí.

-Hijo yo también tengo necesidades, además yo no me quejo de cando tu y Bruno...-

-Ay calla, ese hombre es muchísimo más joven que tú, podría ser tu hijo-

-Solo tiene 25- dijo mi madre cruzada de brazos.

-Y tu 45, bueno no importa terminen yo me voy a dar una vuelta, encantado- le dije a Elliot que estaba sentado en la cama.

-Igualmente hijo ya te puedo llamar hijo ¿no?- dijo sorprendiéndome.

-Te estás tirando a mi madre llámame como quieras- el se ríe y yo me marcho dejándoles solos.

NARRA BRUNO:

-Marisa, ¿ya está todo listo?- le pregunté preocupado.

-¿Me quieres ayudar? no se está quieto- suspiro y la ayudo.

NARRA ADAM:

Madre mía tengo un reportero al lado que no para de hacerme preguntas.

-Por favor tengo cosas que hacer no puedo contestar nada- dije calmado.

-¿Dónde está Bruno?, ¿Ya viven juntos?, ¿es cierto que vas a desfilar en Milán?- el reportero seguía insistiendo.

-Si voy a desfilar en Milán mañana- le contesté a la última pregunta.

-¿Irá Bruno contigo?- y seguía madre, que agobio.

-Lo siento pero me tengo que ir ya- le dije reportero mientras subía a un taxi, iba a dar una vuelta por la ciudad pero para qué si no puedo caminar tranquilamente.

Llamo a Bruno y no me lo coge, lo vuelvo a llamar, primer tono, segundo tono, tercer tono... iba a colgar pero al final lo coge.

-¿Diga?-

-Bruno soy yo Adam, ¿donde estás?-

-Ahora no puedo hablar Adam estoy ocupado-

-Bueno vale, avísame cuando puedas hablar-

NARRA BRUNO:

-Marisa creo que esto ya está-

-Si ya está, menos mal acabamos-

-Me tengo que ir ya después hablamos-

-Recoge tus cosas-

Recojo mis cosa y me marcho de allí, me subo en el coche y llamo a Adam.

-¿Bruno?- contestó el.

-Si estoy de camino a casa ¿tu donde estás?-

-Tomándome un café en la cafetería "City"-

-Voy para ya-

Cuelgo el teléfono. No tardo casi nada en llegar al lugar.

Ahí estaba el sentado hablando animadamente con un camarero, siento una sensación como ¿celos?.

-Hola- digo mientras le doy un beso en lo labios a Adam, dejándole claro al camarero que el es mío.

-Hola señor ¿desea tomar algo?- preguntó el camarero serio.

-Si, un café- le dije seco y echándole una mirada fulminante.

-Oye pero ¿Qué te pasa?- dijo Adam se le veía enfadado.

-¿Que? estaba intentado ligar contigo-

-Solo estábamos hablando-

-No, estaba sonriéndote-

-Lo que tu digas, yo ya pagué, me voy a casa- se va y me deja solo con mi café, vaya ya se cabreó.

Me bebo el café corriendo, dejo el dinero en la mesa y salgo del local.

-Espera- le grité a Adam.

Se da la vuelta y yo llego hasta el.

-Vamos los dos yo traje el coche- le ofrecí.

-No gracias prefiero ir en taxi o ¿es que también te molesta que le diga la dirección al taxista?-

-Vale, lo siento no debería haberme comportado así-

-Ya hablaremos en casa- dijo mientras se metía en el taxi.

NARRA ADAM:

Pero que se cree el que yo soy su esclavo y no puedo hablar con otros hombres. Estoy cabreadísimo, le habló al camarero como si fuera su sirviente.

-Señor ya llegamos- dijo el taxista. Le doy el dinero.

-Quédese con el cambio- dije mientras salía del taxi.

Subo las escaleras y voy hasta mi apartamento, abro la puerto y veo a Bruno, mi madre y Elliot hablando tranquilamente.

-Hola hijo, ¿como te fue?- dijo mi madre.

-Bien, me voy a mi cuarto- dije dejando las llaves en la encimera de la cocina.

Bruno se levanta y va detrás de mi. Oigo como mi madre le dice algo a Elliot y se ríen.

-Estos dos van a hacerlo otra vez que no tienen vicio ni nada- dijo mi madre susurrando.

Entramos en el cuarto, yo me voy al vestidor y Bruno se sienta en la cama. Dejo la puerta abierta, runo ya me ha visto desnudo.

-Perdona fui un estúpido en la cafetería, lo siento- dijo el mientras miraba como me desvestía.

-Te perdono pero ¿me puedes explicar por qué estás tan raro?-

-¿Raro?-

-Si, no me coges el teléfono, te vas de casa sin decirme nada, nunca puedes hablar conmigo... te pasa algo-

-No me pasa nada solo es... trabajo ¿a donde vas?-

-Al gimnasio-

-Entonces ¿todo arreglado?- dijo el sonriendo.

-Todo arreglado- digo mientras me pongo la camisa.

-¿No comes?-

-No tengo hambre, nos vemos después- le doy un beso en los labios y me voy de la habitación.

El amor no es para siempre... o si Donde viven las historias. Descúbrelo ahora