VIERNES:

Estamos en el avión, estoy sentado al lado de Bruno cuando me doy cuenta de algo no me he tomado la pastilla. Rebusco en mi mochila y la encuentro por fin.

-Bruno cariño ¿tienes agua?- le pregunto a Bruno que está casi dormido.

-Mmm... si ¿para qué? y ¿esa pastilla? mierda no se lo he contado.

-Es que tengo un problema, se llama Hipertiroidismo, es una enfermedad que hace que mi cuerpo produzca más hormonas de las que necesito- le explico a Bruno.

-¿Y tiene síntomas graves?- preguntó Bruno preocupado.

- Yo creo que no pero los síntomas suelen ser: Estar nervioso o irritado, Cambios de humor, Fatiga o debilidad muscular, Intolerancia al calor, Problemas para dormir, Temblor en las manos, Latidos cardiacos rápidos o irregulares y Pérdida de peso-

-Vaya y ¿los soportas?-

-Si, te acostumbras- le dije mientras me tomaba la pastilla.

Le doy un beso en los labios, tenía la intención de que el beso no fuera largo, pero Bruno no tenía las mismas intenciones. Pone sus manos en mi cintura.

-Cariño aquí no- dije mientras el me daba besos en el cuello.

-Lo siento hace mucho que no lo hacemos, te necesito-

-Lo sé, pero aquí no se puede...- Bruno me interrumpe con un beso.

-Hey parejita, eso lo hacéis en el hotel- nos interrumpió Marisa, veo que Bruno me dice algo en voz baja.

-No te muevas- dijo susurrando y me señala hacia abajo, parece ser que está muy contento.

-Marisa ¿puedes traerme agua?-

-Claro ahora vengo-

-Corre vete al baño- le dije a Bruno susurrando.

El se levantó de su asiento y se fue corriendo al baño, justo a tiempo porque ya venia Marisa.

-Toma aquí tienes ¿y Bruno?- preguntó al darse cuenta de que no estaba.

-Fue al baño-

-Que te crees ¿Qué no me di cuenta de su erección? ay se creen que soy tonta- pero ¿cómo?.

-Pero como... si yo lo estaba tapando-

-Idiota, eres demasiado delgado para tapar todo eso- dijo Marisa riéndose.

Llega Bruno del baño y se sienta otra vez en su asiento.

-Marisa se dio cuenta- le digo nada más sentarse.

-Que bochorno-

Pasaron las horas y llegamos a nuestro destino Milán. Estamos caminando por la calle y veo un bar, decidimos entrar. Entramos en el bar un montón de hombres estaban en la barra haciendo bulla, nos sentamos y pedimos.

-Ciao, voglio un caffè, per favore (Hola yo quiero un café por favor) Bruno ¿tu quieres algo?- le pregunto a Bruno que me mira de una forma extraña.

-Si lo mismo que tu-

-E un altro caffè per il (Y otro café para el)- el camarero después de anotar las cosas en una libretita se marcha.

-¿Sabes hablar italiano?- me pregunta Bruno.

-Claro, me encanta el italiano, iba a clases de pequeño-

Después de tomarnos el café, nos fuimos al hotel para descansar un rato.

-Adam ¿te apetece?- me pregunta Bruno mientras se sienta en la cama.

-¿A que te refieres?- le pregunto desde el baño, donde me estoy poniendo el pijama para dormir un rato.

De repente noto como unas manos pasan por mi cintura.

-¿Ahora te apetece?- me susurra Bruno en el oído. Mete una de sus manos debajo de mi camiseta de pijama y hace círculos con el dedo en mi abdomen.

-Bruno ahora no me apetece- me doy la vuelta y lo miro a los ojos- pero esta noche...

-Esta noche... ¿que?-

-Me lo pensaré- dije mientras me acercaba para darle un beso.

Nos fuimos del cuarto de baño y nos metimos en la cama, dormimos abrazados pero tuve que apartarme de el porque se puso a roncar.

Más tarde nos despertamos y nos fuimos para prepárame ya.

-Vaya ya llegó la parejita feliz- dijo Marisa mientras me hacia un gesto para que me sentara.

Más tarde ya estoy detrás de la pasarela muy nervioso, respiro por última vez y salgo, hice lo de siempre, cara seria y mirar siempre al frente. Detrás de mi va Bruno, al llegar al final de la pasarela Bruno y yo posamos juntos por unos segundos y volvimos, las personas aplauden con mucha emoción, menos una persona, era una mujer con que anotaba todo en su libretita. Momento de volver y a detrás de la pasarela Bruno me da un beso.

-Lo has hecho genial- me dijo mientras me daba un beso.

-Tu también-

Cuando acabó el desfile nos fuimos al hotel porque lo prometido es deuda. Abro la puerta de la habitación y Bruno entra apurado, cierro la puerta y me acerco a Bruno. Le doy un beso y me acuesto en la cama. El hace lo mismo pero encima mío. Me besa el cuello mientras que con su mano me acaricia el abdomen. Y así entre besos, abrazos, gemidos y acaricias acabé este día.

El amor no es para siempre... o si Donde viven las historias. Descúbrelo ahora