Sábado noche:

Entro en mi habitación de hotel, meto la tarjeta y abro la puerta. Lo que veo dentro de la habitación me deja impactado, no puedo evitar soltar una lágrima. Bruno viene corriendo hacía mí, me abraza y me da un beso.

-Pero ¿Qué es esto?- dijo al ver la habitación de hotel decorada y a Marisa con un vestido muy bonito y un cachorrito en la mano. Bruno va con un traje de chaqueta muy bonita.

-Hoy cumplimos un mes desde el primer beso que nos dimos- dijo Bruno sonriendo- llevo preparando esto desde hace mucho tiempo-

-AH ya entiendo por qué ustedes dos estaban tan raros últimamente- voy hasta Marisa y le doy un abrazo.

-Toma- me dice dándome un cachorrito con un lazo en la cabeza.

-Pobrecito- digo mientras le quito la cinta al perrito.

-¿Te gusta?- me pregunta Bruno.

-Me encanta siempre he querido tener un perro- le doy un beso.

-Bueno yo ya me voy a mi habitación- Marisa sale de la habitación con el perro en brazos.

-Oye mi perro- le grité.

-Mañana te lo devuelvo ahora disfruta- me devolvió el grito.

Me doy la vuelta y veo a Bruno sin camisa.

-Ahora nos lo vamos a pasar bien- dijo el quitándose el cinturón.

Le doy un beso y lo tiro encima de la cama. Lo beso mientras el se quita la ropa.

NARRA MARISA:

-No, perro malo- dios el perro me acaba de cagar en el baño- que mal huele-

Cierro la puerta del baño y me voy a la habitación de Adam y Bruno. Antes de tocar la puerta escucho unos gemidos, será mejor que me quede con el perro hoy, pero será la última vez, no me gustan los perros. Vuelvo a mi habitación. Recojo la mierda del perro y lo meto en el baño.

-Por favor, mañana por la mañana no me cages todo el baño- le suplico al perro.

Lo dejo en el suelo y cierro la puerta. Me meto en la cama rendida.

DOMINGO:

Que alegría despertar a su lado, miro su espalda y no puedo evitar no acariciársela.

-Buenos días- se da la vuelta y me besa.

-Buenos días dormilón- me coge por la cintura y me atrae a el.

-¿Hoy te apetece desayunar?- me susurra en el oído.

Le doy un beso suave y apoyo mi cabeza en su pecho.

-Ya desayuné-

-¿Tu desayuno es un beso?- asiento- ¿te gustaría repetir?- le doy otro beso suave.

-Creo que ya estoy satisfecho- digo mientras me separo de el y me meto en el baño.

Me baño despacio, sin prisas, hoy solo tengo una entrevista y es por la tarde así que tengo toda la mañana para hacer lo que quiera.

-Marisa nos ha devuelto al perro, dice que no lo soporta, le cagó todo el baño- dice Bruno mientras entra en el baño con el perrito en brazos.

-Bruno me estoy duchando-

Bruno deja al perro en el suelo, se desnuda y se mete conmigo.

-Hay que ahorrar agua- dijo mientras me daba besos en el cuello.

Después de bañarnos juntos, nos fuimos a una tienda de perros, hay que comprarle comida al perro. Entramos en un almacén de accesorios para mascotas, era enorme. En la entrada ponía que dejaban entrar a los perros así que llevamos a Toby, así decidimos llamar al perro.

-Mira Bruno que bonito esto- le digo a Bruno señalando un collar con dibujos de la Torre Eiffel.

Lo cojo y se lo pruebo a Toby.

-Le queda perfecto- a lo lejos veo un carrito, voy hasta allá y lo cojo.

-¿Vas a comprar mucho?- me pregunta Bruno.

-Lo suficiente- dije mientras miraba cosas.

Compramos juguetes, comida, collares y correas de todos los colores. Salimos del local y cientos de fotógrafos nos empiezan a sacar fotos.

-Hola buenos días a todos- saludo con educación a todos los fotógrafos, hay que ser educado.

Bruno y yo continuamos caminando mientras los fotógrafos nos sacaban fotos y sobre todo a Toby. Llegamos al hotel y aprovecho para revisar un poco el móvil. Hace tiempo que no subo una foto en Twitter. Le saco una foto a Toby y encima de la foto pongo dos corazones y #Toby. Después de poner al día mis redes sociales, le pruebo todo lo que le compramos al perro.

-Pero mírate Toby, estás guapísimo con este collar-

Noto como Bruno me abraza por detrás.

-Adam, ¿algún día te gustaría tener un hijo?- esa pregunta me dejó impactado.

Bruno me da un beso en la mejilla y otro al perro, que lo tengo en los brazos. Se sienta en la cama y espera una respuesta. ¿Quiero tener un hijo?, nunca me había parado a pensar si algún día iba a formar una familia, además que todavía soy muy joven, o eso creo.

-Bruno, me encantaría tener un hijo pero soy muy joven todavía para hacerme cargo de un niño-

-Lo entiendo, es que te vi tan cariñoso con el perro, pensé que a lo mejor querías un hijo para tratarlo así-

Me siento a su lado y le beso.

-Sé que tu quieres tener un hijo, pero todavía es temprano para hablar de esto, tu tienes 20 años y yo 17, tenemos la vida por delante todavía-

-Tienes razón, por eso te regalé al perro-

-Muchas gracias, es el mejor regalo que me han hecho en mi vida- le doy un beso y acaricio al perro.

El amor no es para siempre... o si Donde viven las historias. Descúbrelo ahora