Una horrible historia sin cliché

El primer día III

- Y dime, cual es tu nombre chico del parque. - pregunta sonriendo.

- Soy Dennis, ¿cual es el tuyo? - respondo con un tono agradable.

- Es un placer conocerte Dennis, soy Zoé.

-El placer es mio Zoé. -respondo sonriendo.

Vaya no puedo creer lo facil que ha sido hasta ahora, este es el primer paso para convertirme en el chico mas popular y controlar todo con un dedo.

En poco tiempo llegamos a la universidad y no alcanzo a despedirme de zoé cuando una horda de hombres la rodean, aunque es natural, porque ella es hermosa y nadie puede resistirse a las de primer semestre, son como carne fresca. Sin embargo ella los rechaza a todos, si le piden su numero, no tiene teléfono, si le piden sus redes sociales, no las usa. Y al final los deja a todos con la excusa de que va tarde, que chica tan valiente y decidida, sabe lo que quiere. Y me pregunto; ¿qué sera? Entonces la veo acercarse rápidamente, y agarrarme del brazo, arrastrándome por el suelo a un salón vacío que estaba cerca.

Me sacudo el polvo enojado mientras le pregunto;

- ¿¡¡por qué hiciste eso!!?

- no tenia otra opción, ya estuve en otra universidad, esos chicos no se cansan de insistir, todos son unos idiotas y solo pretenden aprovecharse de mi inocencia, tu me tienes que proteger. -dice fingiendo llorar.

- ¿qué? ¿yo? ¿protegerte? - Respondo sorprendido.

- si, los amigos hacen eso, aunque con lo débil que te vez, dudo que puedas protegerte a ti mismo.

vaya me sentí animado con ese comentario, pienso con sarcasmo.

Nos quedamos un tiempo más escondidos, hasta que empiezan a llegar más chicas nuevas y la horda se disipa en busca de su presa.

- Pero que pervertidos son en esta universidad. - Digo en un tono de juzgar mientras bajo mi mirada al pecho de Zoé.

El escote que lleva puesto me hace imposible no querer mirar, definitivamente todos los hombres somos iguales. Ademas su tez blanca resalta en todo el salón, que esta oscuro, mientras vemos por la puertas entrecerradas, la luz que entra se posa sobre sus ojos iluminándola aun más, parece que no me había dado cuenta del ángel con el que estaba, pienso. Pero de pronto voltea su mirada, y sus ojos color miel se muestran sorprendidos al notar que no le he quitado la mirada de encima, su expresión cambia a una cara aterrada, sus ojos se vuelven enormes y su pupila pequeña titiritea, abre la boca como si fuera a gritar y se la cubre con la mano izquierda. Sin embargo ella es valiente y decidida, sabe lo que quiere, así que no tarda en volver en sí, frunce el ceño bajando la mirada y con la misma mano que se tapo la boca, toma impulso y me propina un bofetón.

- ¿Que estabas viendo? ¡pervertido!

-¿Ah? ¡Oye! ¡Espera! No es lo que piensas. ¡Espera! - le digo mientras la veo huir corriendo.

Trato de alcanzarla, pero es inútil, es demasiado rápida. Ah, puede que no sea tan fácil como pensé, ademas que le sucede ni por que la hubiese visto como un pervertido de verdad. - pienso mientras recuerdo que a veces babeo al ver chicas hermosas.- Ademas me imagino la cara que debí haber tenido; los ojos perdidos como los de un zombi, pero fijos hacia ella, la boca abierta y medio sonriendo mientras babeo y mis manos tratando de alcanzarla, todo mientras digo; "eres un ángel" ¡oh! ¡Dios! Ya entiendo por qué reacciono así. De verdad doy asco, tengo que controlar esas cosas si quiero ser popular, ademas ahora debo evitar a toda costa que Zoé le cuente de esto a alguien o de nuevo mi vida estará acabada.

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