El ocaso

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Uno de los policías pone su mano sobre mi hombro derecho y aprieta fuerte diciendo;

- ¡¡Camina pervertido!!

- ¡¿QUE?! No soy un maldi..

- Cállate y camina he dicho. -Dice el policía acabando con un empujón.


Todo continua de la misma manera hasta llegar afuera, donde nos espera una patrulla de policía mal estacionada y justo frente a la universidad. Ahora, algunas personas que están afuera logran ver como el policía me empuja contra el coche y abre la puerta para meterme allí. Incluso una misteriosa chica, de aspecto bastante extraño y descuidado, toma fotos de la vergonzosa situación en la que me encuentro y luego solo huye sin mas, mientras que el policía cierra la puerta con fuerza, y así un estruendoso choque produce un ruido que me sorprende y me hace saltar del susto, los pelos se me ponen de punta. Pero los policías ni se percatan de ello; 


- ¡ROJAS! ¿A donde cree que va con esas llaves? - Replica uno de los policías con voz fuerte y tono militar.

- Pues, ¡Voy a conducir! Ya es mi turno, usted siempre maneja, ya me toca a mi. - Refuta Rojas con una voz débil y poco demandante.

- ¡Pues no! O es que el señorrr ya cree que se manda sólito, venga a ver esas llaves Rojas o lo mando para atrás con el violador a ver si se contentan entre los dosss. - Responde con voz fuerte y determinante.


Es poco lo que Rojas puede decir con su falta de autoridad, así que sin objetar más y haciendo berrinche le entrega las llaves a el otro oficial y se va el resto del camino con los brazos cruzados, viendo por la ventada cual niño castigado. 


Definitivamente estoy destinado a estar con perdedores, pienso. Pero pronto el panorama cambia cuando pienso en Mirai, y es que parece que fue ayer cuando llego a casa sin ninguna excusa pidiendo disculpas por no avisar.  Jamas me sorprendí tanto como esa vez, sin embargo mi sorpresa no fue tan grande como lo grande que sentí mi corazón al ver sus cabellos cortos cayendo sobre su mirada, en el momento justo de hacer una reverencia. Aún creo no haber visto algo mas hermoso como sus ojos rasgados y su iris color miel claro, junto con sus pómulos rosados y sus pequeños labios pálidos.    


- ¡¡ Gomen'nasai !! ¡¡ Gomen'nasai !! - Era lo único que decía


Luego sacudió su falda de color curaba, tal vez salmón y por un momento pensé que se caería sobre el recibidor y se rompería las piernas, pues parecía tan frágil que incluso pensé que se la podría llevar el viento si mis ventanas estuvieran abiertas. Pero me sorprendió cuando de pronto estiro la mano para darme un sobre;


- Dennis cariño, me alegra poder comunicarme contigo, aunque también es triste que tenga que ir una chica extranjera hasta Bogotá para que tu leas uno de mis mensajes. De hecho hace tanto que no escribía una carta que mi mano se siente extraña. Pero lo importante ahora y por lo cual tú debes tener dudas, es la chica que esta frente a ti, su nombre es Mirai y ha convivido conmigo todo este tiempo, es muy importante que la cuides, se quedara en casa a hacerte algo de compañía, pues aquí ya no tiene razones por las cuales estar, sus padres murieron hace tiempo y yo la he cuidado en este largo viaje, pero me iré de japón.

Necesito tu ayuda, te quiere Mama!


Desde entonces nada fue igual en mi vida Mirai, tu has sido quien me ha impulsado a ser una mejor persona, por eso no puedo dejar que te enteres de esto, saldré por mi cuenta de este problema, te lo prometo.


- ¿Siempre piensas en voz alta chico? Que pena me das -Pregunta el policía conductor con cara seria.

- ¡¡ Kgtt !! - Mi cara se pone blanca, como si hubiese visto un muerto.

- ¡DÉJALO EN PAZ! ¿Acaso no tienes sentimientos Gutierrez? Yo creo que voy a llorar. -Dice Rojas con la voz quebrada y un pañuelo en su mano.

- ¡¡Cállese Rojass!! o le quiere hacer compañía al compañerito allá atrass.


De verdad no sé quien es mas patético, si ellos o yo. 


- Espero que este viaje a la estación no dure mucho o no podre con sus peleas de novios. - Se me escapa un pensamiento más en voz alta.


Las reacciones no son buenas, aunque Rojas solo se queda callado, cual espíritu noble, Gutierrez hace que lluevan golpes en mi contra, sin embargo su cara no tiene precio. Esos ojos abiertos, contando los segundos para golpearme y la manera en que abrió su boca para decir; "Este Hijo de pu&% qué se esta creyendo"  Creo que incluso puede que se me escapen más pensamientos con tal de volver a ver esa expresión.   


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Acepto sus sugerencias en mis comentarios o criticas constructivas. nunr 


Una horrible historia sin clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora