Es mas fácil encontrar una aguja en un pajar.

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Ambos estaban completamente cubiertos de sangre y heridas.

No sabía que los samuráis aguantarán tanto. Decía el pelirrojo.
Mientras su oponente apenas pudiendo sostenerse en pie sujeta su espada por el cuello de este.

Por qué has venido al planeta más lejano del universo? O es que estabas buscando encontrarte conmigo -decía con su tipa sonrisa.

Esperaba que ubieras mejorado pero veo que no es asi- he venido a desacerme de las basuras del universo, uno menos- con voz entrecortada-Acabas de perder - decía mientras acercaba su espada por el pescuezo del pelirrojo.

Si pensaste que con ésto sería suficiente, te equivocas. -Lanzó una patada para el otro. Este lo esquivó y el pelirrojo logró ponerse de pie. Ambos estaban en su límite.

Escucharon varias voces alrededor de aquel bosque.- IDIOTA donde estas-aru. - Bakaniki - Una de ellas era más que conocida para este sujeto y al darse cuenta ya estaban rodeados por un grupo de amantos que trataban de matarlos. Empezando nuevamente una pelea ellos dos contra todos los demás. Aparecen la pelirroja, abuto y sus subordinados.

Haciéndolos volar de lado a lado. Nuestra femenina va haciendo camino hasta su Bakaniki. Este solo sonríe y cae al suelo inconsciente.

Mientras lo sujeta con ambas manos se percata de la presencia del otro. Mirándolo fijamente ya que le recordaba a alguien. Abuto... capture a este y desagase de los demás.

Todos siguieron peleando y este fue capturado de inmediato sin oponerse.
Ya que tenía abundantes heridas por todas partes del cuerpo.

Volvieron a la nave. El pelirrojo Semi dormido podía percibir el delicioso aroma de la comida y cuando despertó se dirigió sin más a ese lugar-
su queridísima hermanita lo recibió con un puñetazo en el rostro. Y este salió volando nuevamente del salón. Dónde todos estaban cenando.

Por fin luego de la cena- ese par de idiotas estaban discutiendo nuevamente.

Acaso se te safo el cerebro- no debiste ir a ese lugar sólo. Decía una molesta.

Soy mayor que tú. Puedo cuidarme solo -decía con una sonrisa. -O es que te preocupaste por mi? - ella se sonrojaba, ésto lo hacia sentir feliz. Pues estaban volviendo a ser como antes.

Recordando algo. Salta de la mesa tomando una charola con comida. Y sale del salón. Camino a su lugar de destino toma un botiquín y se lo lleva.

Ingresa a ese lugar. Camina hasta el último bloque y allí estaba el prisionero recostado por la pared con sus heridas vendadas con telas de su propia ropa.

No saben tratar a un herido, siguen siendo bestias después  de todo-decia el sujeto.

Um... Por eso imaginé que necesitarías esto. Dijo lanzando el botiquín a sus pies y dejando la charola en la puerta de la celda junto a una botella de agua.
Ohhh... Moriras por esas pequeñas heridas. Lastima, queria volver a luchar contigo- decía con una sonrisa sádica.

Acaso esté idiota solo piensa en pelear?-se preguntaba a si mismo el sujeto.

Con que aquí estabas- dijo esa conocida voz- encontraste un nuevo juguete por eso saliste del comedor - decía con burla en su rostro- no esperaba a que te preocuparas por alguien?
Seguiste el rastro de aquel asesino que mencionaron los mercenarios? Acaso es éste?-aru.

Sin prestarle atención al prisionero se acercó más al idiota de su hermano. Y este salió de la celda. Cerró con seguro y llave. Y saltó por ella abrazandola.

Kagura tratando de safarse de él. Le propina un golpe en la cabeza.
Qué crees que estás haciendo IDIOTA. Te golpearon tan fuerte que perdiste la razón-aru  -decía con una venita en la  frente, sigue peleando con su hermano que trataba de abrazarla, mientras el invitado digo encarcelado observaba detenidamente a la pelirroja.

Por qué te molesta que tú hermano mayor te abrace? O tienes vergüenza que alguien nos vea? -decia el pelirrojo con cara divertida.

Esta lo manda a volar de un golpe hasta la puerta de aquel lugar con poca iluminación.
Por segundos se percata de que los estaban observando. Mira detenidamente la celda. Tratando de encontrar  la persona a quién le recuerda ese desconocido. Mientras una patada voladora se acerca a ella. Esquivando el ataque tomandolo del tobillo, lanza fuera de esa  prisión al pelirrojo. Y camina hacia la salida sin preguntar nada al prisionero.

Cuándo ya no se escuchaban más pasos... este tomó del botiquín y con una mano empezó a curarse las heridas y con otra a vaciar la charola.
Pensé que encontrarme con ellos sería más difícil que encontrar una aguja en un pajar decía el sujeto apunto de dejarse ganar por el sueño.
Más tarde dentro de la nave.
Kagura, estaba soñando y sentía un peso demás. Dónde estoy-aru... Esto es kabukicho- miraba de lado a lado. Era un sueño, estaba en la ciudad de kabukicho totalmente destruida. Y se encontraba sola, en su desesperación comienza a correr y a gritar-
giiin-chan... Shinpachi... Anego... Dónde están todos? -mientras seguía corriendo y gritando se tropieza con una pierna esa persona era aplastada por una gran roca. Ella empuja la roca con todas sus fuerzas y logra sacar el cuerpo de allí. Para su sorpresa se trataba del capitán de la primera división del shinsengumi. Este estaba muy mal herido, ella podía sentir la sangre en sus manos y el aroma a la misma. Y su respiración se hacía cada vez más lenta. Notó que sus ojos se llenaban de lágrimas abrazando al cuerpo de éste, ella estaba llorando. El con un susurro le dijo. China he fallado a mi promesa. Y ella despertó de su sueño muy exaltada. Sintiendo su cuerpo pesado. Su Bakaniki estaba dormido en su cuarto, en su cama. Prácticamente sobre ella, y con las vendas que antes tenía cubiertas de sangre seca, ahí se explica el aroma a la sangre. Sus heridas, por lo menos la gran mayoría habían sanado. Cómo son del clan yato. Sus heridas se curan rápidamente. Y éste no era la excepción. Sin hacer mucho ruido trata de quitar a su hermano de ensima. Lo acomoda a su costado. Cuidadosamente se levanta y logra ver alguna de las heridas de bakamui, esas heridas no cualquiera podría hacerlas, solo una persona con grandes habilidades con la espada podría lastimar de semejante forma a esa máquina de pelear-pensando en gin-chan y en el sádico.

Saliendo de su cuarto. Se percata de que nadie aún se han despertado. Solo unos cuántos que controlan la nave espacial estaban en sus puestos.

Kagura-hace tanto no pienso en el. Ni en dicha promesa-solo me centre en entrenar con bakaniki mientras recorríamos los planetas en busca de .... para despertar a sadaharu.
En eso llega corriendo dicha mascota. Más diminuta que un gato.

Ella lo toma con la mano y comienzan a recorrer la nave sin rumbo alguno. Este animal, se estremece por alguna cosa y sale disparado del hombro de su dueña. Está la sigue y se encuentra nuevamente en ese salón oscuro donde guardan a sus prisioneros de guerra. 

Mi Verdadero Yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora