do you love him?; yoonseok.

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→forgive me← capítulo seis.

Yoongi despertó al sentir los rayos de sol en su rostro, su lobo estaba ansioso cada día que pasaba logrando molestarlo, suspiró al por fin poder abrir los ojos correctamente al poder sentir la luz sobre ellos, su corazón dolía porque seguía en duelo por la pérdida de su mitad y soltó un gruñido al escuchar a su lobo aullando por atención, ¡él no era así!, por los dioses, él no estaba conectado al lobo, no se sentía cómodo entablando una relación interpersonal con ese pequeño lobo que ansiaba un alfa puro, cálido, protector y que siempre le brindara lealtad y fidelidad.

—No me siento bien, pequeño —le dijo al lobo que habitaba dentro suyo.

Una semana, ya había pasado una larga semana después del altercado que tuvo con Seokjin, recordaba como tinta fresca en su piel como Hoseok lo miraba dolido por sus palabras, ¡estaba en todo su derecho de odiarlo! pero sólo pedía una vez más verlo, dejar un beso en esos suaves labios rosados que alguna vez sonrieron con alegría al verlo pero ahora lo veía desde lejos, como hablaba animadamente con Jimin, Jungkook, Yugyeom, alfas que seguramente estaban interesados en su flor y que lograron crear que fuego naciera en su cuerpo, odiaba verlo tan junto a Soobin de primer año, cuando Minji le hablaba estaba reventando una vena que sobresalía de su sien, estaba harto, quería a Hoseok para siempre pero cuando intentó acercarse a ese sol se arrepintió porque se sentía tan lejano pero tan cerca que lo asustaba y tenía miedo.

Lo único que llegaba odiar con todo su alma era el salir de su omega, que lo hacía correr a quitar a algunas betas y omegas que rodeaban coquetamente a Seokjin, estaba molesto con ese alfa que se atrevió a golpear a la persona que amaba pero ese estúpido omega que habitaba en él ronroneaba para ese hombre, logró rodar los ojos cuando el alfa soltaba risas junto a un sonrojo, nunca lo amaría, no, odiaba verse junto a él.

Deseaba ser un gama, lo deseaba con tanto fervor que sólo soñaba en tomar a Hoseok, que fuese para él por toda la eternidad pero esa maldita diosa le había quitado lo que más amaba en toda la tierra, su familia supo que fue omega y estaba felices por ello aunque lo hubiesen estado por cualquier rango y ahora estaban buscando pareja para él.

Se sentía un imbécil, se reclamaba en las noches cuando veía a Jisoo volver a la habitación con una sonrisa de enamorado, su corazón dolía de envidia, miró a su lado viendo como Jisoo hablaba con Jackson, un omega que estaba feliz pues su alfa era Mark, un grande chico, con voz gruesa, cabello rubio que siempre que venía a buscar a su omega destinado estrujaba entre sus manos sus glúteos enfrente de todos, marcando imaginariamente a Jackson y también diciendo que era suyo y de nadie más.

No se sentía bien estos días, no quería aparentar estar bien porque le daba pereza deseó demostrarlo a todo el mundo deseando una mirada de Hoseok, viéndolo entrar con una sonrisa junto a Minji, esa misma chica que estaba a los alrededores de su sol, intentó no soltar un comentario sarcástico dirigido a la joven y estaba luchando como todo un guerrero celta, ganando la lucha.

Eran desconocidos que se aman en secreto, esperaba que Hoseok sintiera eso.

—¡Yoongie! —exclamó una voz enfadada, era Jisoo.

—¿Qué? —preguntó mirando a su amigo.

Nunca se dio cuenta que ya había sacado sus libretas de la materia que estaban a punto de impartir, bueno sí, tal vez sin estar tan consciente de lo que hacía había hecho eso por ser una rutina diaria y observó como Hoseok reía junto a Chungha y Jaebum, alfas de alto rango viendo que no faltaban las chicas y chicos omegas que querían estar con ellos.

Con una radiante sonrisa Hoseok tomó la mano de Jaebum dando leves codazos en las costillas del chico, que lo miro con un sonrojo, eso significaba que su menor estaba en un plan con aquel chico que era un gran líder alfa, sus manos fueron a su chamarra azul —no era suya era de Seokjin, que se la había regalado hace dos noches por la lluvia—, aquel aroma de alfa no le gustaba pero seguramente fue lo primero que vieron sus ojos y se aferró haciendo puños sus dos manos.

—Minie, hazme caso —suplicó un emberrinchado Jisoo y tomó su mejilla

Haciéndolo jadear de sorpresa, sintiendo que una parte suya volviera a ser feliz por los días que no se sintió así, miró a su amigo con irritación —pero una sonrisa feliz se formó en sus labios— y le preguntó:

—¿Qué te pasa, mocoso? —exclamó.

—No me estás poniendo atención —regañó Jisoo y lo soltó cuando vio entrar a su novio junto al profesor—. ¡Hyukie, cariño!

—Pequeño Jisoo —respondió el novio de su amigo.

Yoongi no quería llorar, estaba harto de sentirse tan mal pero sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, ¡carajo!, odiaba sentirse así de mal y supo en ese momento que debía de dejar todo, ya no había nada que rescatar y estaba cansado del dolor.