La castaña reía sonoramente porque Lauren repartía sonoros besos por todo su rostro hasta llegar a sus labios y dejar repetidos besos sobre éstos. Luego de disfrutar del desayuno que la ojiverde se había encargado de recoger de su cafetería favorita, Camila se había escabullido de la mesa con la intención de comenzar a ordenar el desastre que las niñas habían dejado aquella mañana antes de marcharse a la escuela junto a Ryan quien se había ofrecido para llevarlas aquel día. Pero la sargento se lo había puesto difícil acorralándola contra la mesada para llenarla de afectuosos besos que ella disfrutó con gusto.
-¡Ya basta!.- Se quejó la morena entre risas mientras sonreía arrugando la nariz ligeramente.
-No tienes una jodida idea de lo dulce que luces haciendo.- Medio gruñó la cirujana antes de atrapar una vez más los labios de Camila entre los suyos- ¿Qué te gustaría hacer hoy? Soy toda tuya.
-¿Toda mía?.- Preguntó la castaña con expresión juguetona y la pelinegra asintió- Pues ¿Qué tal si damos un paseo por la ciudad? Llevas años sin poner un pie aquí, algunas cosas han cambiado.
-¿Cómo los transbordadores?.- Alzó una ceja.
-Exacto.
-Bien, iré contigo a donde tu me lleves.- La violinista mordió su labio inferior antes de volver a hablar.
-¿A dónde va esto Lauren?.- Su voz fue casi inaudible.
-¿A qué te refieres?
-Pues.......A nosotras.- Con su dedo índice señaló la pequeña distancia que había entre las dos bajando levemente la mirada.
-Creí que jamás lo preguntarías.- La respuesta que la sargento le dio la confundió por completo sólo hasta que ésta volvió a hablar- Sé que cometí un grave error al marcharme e intentar olvidarme de ti, y juro que quisiera retroceder el tiempo para cambiar mi estúpida decisión. Pero como eso aún no es posible creo que debo conformarme con hacer las cosas bien ahora y aquí, así que no quiero perder ningún segundo más estando separada de ti Camz.- La respiración de la castaña se detuvo momentáneamente- Quiero todo contigo. Quiero una relación estable. Quiero ser parte de tu vida y de la vida de las niñas si tú me lo permites. Quiero un anillo en mi mano izquierda. Quiero un hogar a tu lado.
-Lauren.....- Susurró Camila algo sorprendido por la repuesta pero fue interrumpida.
-Puede sonar loco y apresurado pero podemos ir paso a paso siempre y cuando hagamos todo eso en algún momento. Así que......- La ojiverde suspiro- Sé mi novia.
-¿Qué?
-Sé mi novia, Camila Cabello.- Repitió la soldado- Te pediría que te cases conmigo ahora mismo pero no quiero asustarte y además hay una serie de otros factores que debemos considerar antes de llegar tan lejos pero espero que algún día podamos......
Los labios de la castaña callaron a Lauren con un profundo beso en el que lograba percibirse el gran sí que ella le estaba dando a su propuesta.
-No digas nada más porque estás balbuceando.- Ambas rieron contra los labios de la otra para continuar besándose por otro rato olvidándose del mundo exterior a aquella burbuja que ellas mismas habían creado a su alrededor.
En cuanto consiguieron dejar de besarse para encargarse del desastre en la cocina se pusieron manos a la obra mientras planeaban su día juntas. Disfrutaron de un lindo paseo, un almuerzo en el restaurant cubano y hasta se tomaron el tiempo de hacer una parada en la cafetería favorita de Camila y tomar un par de malteadas. La hora de recoger a las niñas en la escuela ya casi se acercaba y ambas se encaminaron hasta allí como si tratase de algo que hacían todos los días.