Capítulo 9

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-Mamá.- Lidia llamó a su madre alzando la mirada para verla- ¿Podemos tener un castillo?

Lauren se contuvo para no lanzar una risita ante la cara que puso la morena con la pregunta que su hija había hecho. Ellas y las chicas había decidido hacer una maratón de películas Disney pasándose por todas las princesas de éste. La cenicienta acababa de terminar y Lidia había hecho la pregunta en cuanto los créditos aparecieron en la pantalla.

-Me temo que no cariño, ¿Cómo construiríamos uno?.- Preguntó la morena acariciando el rizado cabello de la pequeña.

-Lauren lo construiría para nosotras ¿Verdad?

Lara, quien hasta entonces permanecía recargada contra el costado del cuerpo de la ojiverde, le vio con ojos llenos de ilusión. Lauren tragó con fuerza sin saber cómo responder a aquello con exactitud pues no quería ver la mirada de decepción en el rostro de la niña cuando le dijese que eso no sería posible. Entonces se la ingenió para no defraudarla.

-Quizás no pueda construir un castillo.- Dijo la sargento- Pero puedo intentar construir una casa en el árbol para ustedes ¿Qué me dicen? ¿Les gusta la idea?

-¡Sí!.- Exclamaron juntas poniéndose de pie en un salto y dando brincos de emoción.

-¿Por qué no buscan sus abrigos chicas? Iremos a cenar a casa de la abuela.- Las niñas asintieron ante las palabras de Camila y corrieron disparadas por el corredor- Si notaste que no hay un árbol tan grande en mi jardín trasero ¿No?

-Tal vez no. Pero si los hay en mi jardín, ellas pueden venir a jugar cuando quieran.- Respondió la ojiverde encogiéndose de hombros.

-Eres perfecta ¿Lo sabías?.- Lauren rió ligeramente cuando la castaña le dirigió una mirada embobada y le dejó un beso en la punta de la nariz.

-Claro que no. Sólo lo dices porque estás enamorada de mí.

-¿Y cómo estás tan segura de eso sargento Jauregui?.- La violinista alzó una ceja.

-Pues porque te sonrojas cada vez que te miro. También porque disfrutas cada uno de mis besos y porque siempre hay una gran sonrisa en tu rostro cuando me ves. Son los mismos síntomas por los que yo estoy pasando.

-Eres adorable.

-Eso no lo discutiré.- Dijo Lauren.

Ambas rieron con las palabras de la soldado antes de besarse otra vez.

...

-¡Pero si son los amores de mi vida!.- Exclamó Andrea en cuanto sus bisnietas corrieron a su encuentro- ¿Cómo están las princesas del abuelo Fernando?.- Preguntó mientras las llenaba de besos.

-Bien, ¿Dónde está el abuelo?.- Lara jugó fugazmente con uno de los mechones de cabello de la mujer.

-Adentro junto a una sorpresa para todas ustedes.- Camila frunció el ceño al oír las palabras de su abuela pero Andrea sólo sonrió de forma cómplice.

Un grito ensordecedor desde el interior por parte de las gemelas hizo que Lauren y la morena compartiesen una rápida y alarmada mirada antes de adentrarse con prisa escuchando las risas de la mujer mayor a sus espaldas. En cuanto pudieron un pie en el umbral de la sala supieron la razón por la que las niñas habían gritado y la ojiverde se sorprendió al ver a la castaña mucho más madura de lo que la recordaba.

-¿Qué? ¿Ustedes no saludan?

Con una amplia sonrisa en su rostro Camila veía con incredulidad cómo su hermana abrazaba a sus dos hijas y le sonreía desde el medio de la sala. No lo dudó un segundo más y con tres grandes pasos estuvo frente a su hermana menor quien ya no era tan pequeña. Ambas se fundieron en un apretado abrazo de bienvenida, pues la menor de las Cabellos había decido estudiar en California y sólo podía visitarlos en las vacaciones. La violinista cerró sus ojos con fuerza disfrutando del contacto que tanto había necesitado.

Scared of HappyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora